Navarra

Bildu y AVT

La Razón
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La violencia descalifica a quien la ejerce y deslegitima sus reivindicaciones, aunque no siempre sucede así y lo podremos comprobar hoy en ayuntamientos de las comunidades vasca y navarra donde acólitos de la violencia ocuparán concejalías, alcaldías y otros puestos en las Juntas Generales. Es verdad que han sido ciudadanos vascos y navarros los que han decidido apoyarles hasta el punto de resultar la fuerza que más ediles ha obtenido, pero también es cierto que el éxito podría haber sido menor si el Estado de Derecho no se hubiera contradicho ante la legalización del brazo político de la izquierda abertzale, lo que habría evitado la publicidad gratuita con la que han contado. Y ayer mismo la AVT inició la celebración de su congreso. En su apertura, lamentó que el futuro candidato socialista a la presidencia del Gobierno haga pública su intención de abandonar la cartera de Interior antes de las próximas elecciones generales dejando «1.138 concejales de Bildu en el País Vasco y Navarra». Y es que las víctimas responsabilizan a Rubalcaba del hecho de que «ETA haya podido volver a las instituciones» pues consideran que practica un doble juego; con una mano manda detener comandos y con la otra pide liberar a los etarras que son buenos para sus fines negociadores. No es de extrañar que las víctimas hagan un balance negativo de su gestión. Y es que casi parece una ironía del destino que la toma de posesión de quienes no condenan las acciones de ETA coincida con el cónclave de quienes han sufrido la violencia que sí aceptan muchos a los que hoy verán sentarse, sacando pecho, en los sillones que les correspondan de acuerdo a su resultado electoral. Demasiado duro.