España
Las boticas contra las cuerdas
Alrededor de 2.800 farmacias de toda España ven amenazada su viabilidad. Esto puede ser una de las consecuencias de la de la entrada en vigor el próximo uno de julio del Real Decreto 16/2012 para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. Para conocer el impacto económico, tanto directo como indirecto, de esta normativa se ha presentado el estudio «Proyección futura y efectos del RDL/2012», encargado por el Grupo Cofares y elaborado por Antares Consulting. En él se analizan las principales implicaciones de esta normativa en las oficinas de farmacia, y se alertó de que subyacen importantes cambios en la operativa de las boticas que siguen ahondando en el daño a su estructura económica.
En concreto, el copago farmacéutico y el sistema de precios más bajo para los medicamentos provocarán un impacto negativo de 150 y 200 millones de euros anuales en la facturación de las farmacias, según el informe. Concretamente, el copago farmacéutico, que comenzará a funcionar en julio, hará que los usuarios pasen de aportar al sistema unos ingresos adicionales de 551 millones de euros este año. Tal y como refleja el estudio, el número de recetas se reducirá, además, en torno a un 2,5 por ciento. Fuentes del Grupo Cofares consideran que «la enorme contribución que, tanto la oficina de farmacia como la distribución vienen haciendo en los últimos años al gasto farmacéutico, ha puesto a éstos en una situación crítica, y los últimos Reales Decretos no han hecho más que profundizar en el daño a tales actores del mercado». La confusión que se genera entre el precio «más bajo», el «seleccionado» y el «menor» supondrá, para según la distribuidora farmacéutica, «grandes disfunciones en la gestión de los stocks, elemento básico de la viabilidad económica, tanto de la oficina de farmacia como de la distribución».
Graves alteraciones
La competencia entre conceptos de precios origina, según el grupo, «graves alteraciones en la disponibilidad de la marca o el genérico, al margen de la libre prescripción del médico y de la capacidad del farmacéutico para articular la dispensación correspondiente». Con repecto a la desfinanciación de medicamentos, desde Cofares creen que «puede ser un elemento muy positivo en la contención de la factura farmacéutica, siempre y cuando se haga con criterios asistenciales».
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