Kazajistán

Se corta el pene para no ser expulsado

Cumplía condena por un delito relacionado con la violencia de género en nuestro país pero en Kazajistán, lugar del que es originario, su conducta tampoco había pasado desapercibida y le requería la Justicia del país asiático por un juicio pendiente. Las autoridades españolas tenían que proceder a su extraditación temporal y en eso estaban la noche del 23 de agosto, cuando se disponían a trasladarlo hasta el aeropuerto de Madrid-Barajas para que el preso tomara un vuelo con destino a país de origen. Pero él, de ninguna forma quería volver.

La Razón
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Se desconoce si su rotunda negativa a regresar a casa brotó del temor de enfrentarse ante un tribunal kazajo o si a lo mejor se le pasó por la cabeza que poner un sólo pie en su patria podría significar no regresar nunca a nuestro país. Y puestos a elegir una cárcel en la que pasar el resto de sus días, seguramente se decantó por la española. Pensó, por tanto, que debía impedir o retrasar lo más posible el momento de meterse en aquel avión y, a este hombre de 52 años, le pareció que autolesionarse era, quizás, la única opción. Ni corto ni perezoso, eligió su pene como objetivo y, directamente, se lo seccionó, según informó ayer a Europa Press un portavoz de Instituciones Penitenciarias. El reo, que cumple en la prisión de Valdemoro una pena de cinco años y 17 meses por maltratar a una mujer, se encontraba custodiado por la Interpol cuando, en circunstancias que aún se desconocen, sacó un cuchillo y se hizo un profundo corte de su miembro viril, que ha afectado al 75 por ciento de la circunferencia del mismo. Fue trasladado en estado grave a un hospital de la capital, donde está siendo custodiado por la Policía. Fuentes médicas explicaron a Efe que cuando se presentan este tipo de traumatismos no suelen practicarse reimplantes, sobre todo cuando son autolesiones, porque «se trata de una operación relativamente complicada y en territorio sucio, por lo cual existen muchas posibilidades de infección». Por tanto, en la mayoría de los casos se espera a la cicatrización de la herida, tras la cual «queda la función mingitoria, pero con pérdida de la función sexual».

Fuentes de Instituciones Penitenciarias señalaron que «no es habitual» que los extraditados se autolesionen pero «está claro que en las cárceles de su país viven mucho peor que en las españolas».