Primera División

Nueva York

Luis Enrique sangre y lágrimas por Julián GARCÍA CANDAU

La Razón
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Joao Havelange, presidente de la FIFA, quería ampliar el mercado del fútbol y pretendió conquistar Estados Unidos, país en el que se dan aumentos de fichas considerables y colegios y universidades lo practican, aunque profesionalmente no acaba de cuajar. No lo hizo ni cuando jugó Pelé en el Cosmos de Nueva York. Havelange llevó allí el Mundial'94. La organización fue magnífica y los estadios se llenaron. Su repercusión en los medios no fue la deseada. El jugador más entrevistado por diarios y televisiones fue su por- tero Meola. Era el único que jugaba con las manos.Para España, el campeonato tuvo tres notas muy destacadas: la conflictividad que emanaba del seleccionador, Javier Clemente, la mala actuación en la primera ronda y el consuelo al que hubo que acogerse cuando a Luis Enrique le partió la nariz el italiano Tassotti y el árbitro ni se enteró. O simplemente no quiso enterarse. Clemente siempre pensó más en la defensa que en el ata- que y, aunque insultó a cuantos periodistas discrepantes encontró a su paso, el equipo empató a dos tantos con Corea el Sur (Salinas y Goicoetxea), igualó a uno con Alemania (Goicoetxea), venció a Bolivia, entrenada por Javier Azcargorta, por 3-1 (Guardiola y Caminero –2–). El gran éxito fue derrotar por 3-0 a Suiza (Hierro, Luis Enrique y Beguiristain). Luego nos cerró el paso Italia. Salinas tuvo la gran ocasión para marcar y falló. (Dino Baggio y Roberto Baggio y Caminero).Brasil ganó su cuarta copa mundial al vencer a Italia en los penaltis (3-2). Entre los campeones jugaron Cafú, Bebeto, Romario, Dunga y Mauro Silva. El gran derrotado fue el místico Roberto Baggio.Maradona fue descalificado al positivo en el control antidopaje. Triste final mundialista.

Julián GARCÍA CANDAU