Llegas a Madrid quizá por primera vez

Llegas a Madrid, quizá por primera vez... como tantos otros antes que tú siguiendo un sueño, un amor, una oportunidad, o detrás de un ideal, o de un cambio, o de una fe, cualquiera que ésta sea. Y como a tantos otros antes que a ti, Madrid te acoge con sus brazos abiertos, sin preguntar, sin juzgar, sin reprochar nada: Madrid, simplemente, es así. Cuando llegues a la puerta del Sol y veas la escultura de bronce que reproduce el emblema de nuestra ciudad, no te extrañes : La osa lamiendo el madroño, símbolos de la Madre Tierra y de la fecundidad, son testigos atávicos que nos recuerdan desde el origen de los tiempos el optimismo innato de esta ciudad que sobrevive a todos y a todo.Estos días aprenderás que a nosotros, los madrileños, nos llaman gatos: flexibles pero absolutamente independientes, aceptamos a todos pero no pertenecemos a nadie, hacemos nuestra vida y respetamos la de los demás y, por encima de todo, amamos nuestra libertad: la defenderemos siempre con los dientes y uñas más afilados. Conocerás también nuestro origen legendario: asentado en las vegas más fértiles al pie de las serranías carpetovetónicas, vigía estratégico de la meseta castellana, Madrid hunde sus milenarias raíces en un crisol de culturas tan caudaloso y fértil como sus aguas, las más frescas y puras de España: de ahí viene su nombre, Mayrit, en árabe matriz o río madre. Repasarás su historia y te asombrarás con sus contrastes: capital durante tres siglos del imperio cristiano más vasto jamás existido, capital durante tres años del no pasarán; sede de la Monarquía más católica de Occidente, sede de la República más atea de Europa; capital mundial del Arte, con su Museo del Prado a la cabeza, capital mundial de la contracultura, con su histórica y estimulante Movida en la solapa; tan pronto acoge la revuelta pacífica y social del movimiento 15-M, como sirve de escenografía multicolor al desfile del Orgullo Gay, vibra de ilusión con la Cabalgata de los Reyes Magos y se viste de trágico luto tras la tragedia del 11-M... Así es Madrid, mi Madrid, solidario, tolerante, curioso, creativo... Ese Madrid que te acoge hoy a ti, joven peregrino de la Jornada Mundial de la Juventud.Te doy la bienvenida a nuestra maravillosa ciudad, única, que desde la madurez que le otorgan sus siglos de historia es capaz de enriquecerse con todos aquellos que como tú, con sus ideas, sus creencias, sus ilusiones, han pisado y pisan sus calles cada día en busca de una vida mejor.Peregrino, te deseo lo mejor y sólo me queda por decir... de Madrid ¡al Cielo!