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Un clásico fuera de lugar

Mourinho quiere ganar la Liga este año. Es su objetivo, amén de llegar lo más lejos posible en la Liga de Campeones, y no la Copa del Rey. En la Copa de Europa sí que el Madrid no escatimaría esfuerzos, pero no en avanzar en la competición copera si ello conlleva un esfuerzo extra físico y mental que ponga en peligro la ventaja de cinco puntos que el Madrid se ha granjeado en Liga.

Un clásico fuera de lugar
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Madrid- Y un clásico, más que ningún otro partido, al Real Madrid le supone un sacrificio, al que Mourinho, hoy por hoy, por la Copa, no está dispuesto.

Así pues, le quitará presión a sus hombres para el doble clásico copero. Que jueguen la eliminatoria con pundonor, pero sin extralimitaciones, partiendo de una premisa: ésta no es nuestra batalla sino la Liga. «La Copa no tiene la misma importancia que la Liga, sobre todo tras haberla ganado la pasada temporada después de muchos años. Si el partido fuera en un momento de acumulación de fatiga, a lo mejor no sacaría todo el potencial...», avisó Mourinho de sus planes antes del partido de vuelta frente al Málaga del martes.

El luso, un maestro del pensamiento dirigido de las masas, ya les ha quitado de encima la losa de la «Décima» a los madridistas –jugadores, club y afición– liderando la idea de que la Liga de Campeones no siempre la gana quien la merece, sino que influyen accidentes, sanciones, detalles... mientras que lo que de verdad dirime la hegemonía del Barça o del Madrid es el torneo de la regularidad, el que no alberga dudas de que el campeón lo es por sobrados méritos.

Y cuando Mourinho dice que no se fía de la ventaja de cinco puntos, no es de boquilla. «En un par de días, nosotros perdimos cinco puntos: tres ante el Levante y dos frente al Racing». Este clásico, en los planes de «Mou», está fuera de lugar. Demasiado desgaste. A doble partido, el Barça le tiene comida la moral a los madridistas. En los ocho Madrid-Barça que ha disputado Mourinho, sólo ha logrado una victoria; a partido único, la final de Copa.

En los otros siete choques, el técnico portugués ha probado de todo. Con un trivote destructivo –Pepe, de mediocentro–, con doble pivote y la presión muy adelantada –el último duelo o la ida de Supercopa, con el Madrid más rodado que el Barça, y de uno dejó salir vivo al Barça (1-1) y en otro le cayó un 1-3). Ha probado un 4-3-3, un 4-2-3-1 o un 4-5-1 y no ha habido nada que hacer.

Además, para la ida del clásico Mourinho no podrá contar con dos hombres que le alteran cualquier esquema: Arbeloa y Khedira, que sufre un esguince más grave de lo esperado, pues no es sólo una distensión sino que tiene afectado el ligamento que une la tibia con el peroné, y podría llegar a estar de baja un mes.

 

Argumentos en contra
1.- Factura física y mental

Mourinho quiere este año la Liga; ahora que el Madrid debe mantener la ventaja de cinco puntos, un clásico supone un coste muy elevado.

2.-Ausencias notables
Sin Arbeloa y Khedira, Mourinho tendrá que decidir entre renunciar al trivote del medio campo o a Ramos en el centro de la defensa.

3.-Una sola victoria
Mourinho lleva disputados ocho Madrid-Barça y sólo una victoria, la final de Copa. A doble partido, Guardiola le tiene comida la moral.