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Malpensador

La Razón
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Hay quien vive instalado en una cultura de la sospecha hacia los EEUU y, más que malpensado, es «malpensador» porque sus juicios aspiran a hacer ideología. Cuando empezó el lío en Libia el malpensador vaticinaba: «Obama se callará o le sacará la cara a Gadafi porque le interesa como guardián del petróleo». Luego Obama no se calló y se pronunció contra Gadafi, pero para el malpensador no fue suficiente. «Son sólo palabras», sentenció. Cuando Gadafi anunció que iba a peinar Bengasi, volvió a profetizar sombrío: «No moverá un dedo por salvar a esa pobre gente». Luego Obama movió al Consejo de Seguridad de la ONU para salvar a la pobre gente, pero el malpensador volvió a sentenciar agorero: «Es como Bush. Intervendrá por puros intereses petrolíferos». Finalmente y para distanciarse del precedente iraquí, Obama anda ahora intentando pasar el liderazgo bélico a la OTAN, pero el malpensador tampoco se fía: «Quiere dejar vivo a Gadafi para reservarse la posibilidad de otra guerra dentro de diez años, como hizo Bush padre, que dejó vivo a Sadam Hussein». El malpensador piensa mal y malamente. Para pensar mal de los americanos, le sirve una tesis y la contraria. Le sirven tanto Obama como Bush. Tan pronto dice que en la Casa Blanca mandan los judíos como que la oposición a Gadafi es una estrategia de los talibanes y que Obama la apoya porque es musulmán. No sé por qué cada vez que me topo con un malpensador antiamericano me entran unas irreprimibles ganas de ver una película de Walt Disney tomándome una Coca-Cola.