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ANÁLISIS: Por qué se le desprecia por Vanessa García-Ossuna

La Razón
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- ¿Qué representa la figura de Damien Hirst en el mundo del arte actual?
–Es un maestro del marketing, y su nombre ejemplifica el «boom» del mercado del arte de nuestro tiempo. La exposición «Freeze», organizada con sus compañeros del Goldsmith College en 1988, logró un eco sin precedentes en los medios de comunicación pese a tratarse de un proyecto de artistas noveles que se celebraba en un almacén cerca de los astilleros de Surrey. «En el mundo del arte las cosas valen lo que alguien está dispuesto a pagar. Así de simple», declaró en cierta ocasión, y esa misma filosofía es la que le empujó a «saltarse» a su galería, White Cube, para vender sus obras directamente en subasta.

- Dijo que nunca exhibiría en la Tate Modern porque es un lugar de artistas muertos. Ahora lo va a hacer. ¿Qué significa?
–No significa nada. Forma parte del astuto juego de titulares del que Hirst es un maestro, que ayuda a generar revuelo mediático para promocionar esta muestra.

- La retrospectiva se inaugura en abril y coincidirá con los Juegos Olímpicos. ¿Una nueva manera de autopromocionarse?
–En este caso debe tratarse de una decisión consensuada con el museo. Hirst es una marca global, un artista «mainstream» del que el museo aprovechará su enorme tirón popular.

- Recientemente ha tenido una ardua polémica con Hockney. Éste criticó que usara taller. ¿Es tan cuestionable este aspecto?
–No es nueva esta práctica entre los artistas contemporáneos más cotizados; otro ejemplo es el de Takashi Murakami y su estudio Waikiki; sus obras no las realizan ellos personalmente sino miembros de su taller. Habrá que entenderlo como un guiño a los genios del Renacimiento o simplemente como voracidad mercantil.

Vanessa García-Ossuna
Subdirectora de «Tendencias del Mercado del Arte»