Museo Thyssen
Los Thyssen ahora sí a juicio
Borja y Blanca están acusados de haberse adueñado de documentación íntima y secreta de la baronesa
El hijo de Tita Cervera y su esposa finalmente tendrán que sentarse en el banquillo de los acusados. Así de tajante se muestra la Audiencia Provincial de Madrid al confirmar ayer que «hay base probatoria suficiente» para juzgarlos por un presunto «delito de descubrimiento y revelación de secretos». El matrimonio está acusado de haberse adueñado de documentos de carácter íntimo y reservado de la baronesa Thyssen que se encontraban en sus oficinas.
Así, Borja y Blanca no han conseguido que los tribunales anularan la resolución anterior dictada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Alcobendas, el cual investigó los hechos y apreció indicios para que fueran llevados a juicio. Tampoco han logrado desvincular a Blanca de la imputación, ya que según el auto existen sospechas de que no sólo acompañó a Borja sino que participó activamente aquella noche del viernes 13 de marzo de 2009 en la búsqueda y selección de documentos. De hecho, para los tres magistrados encargados del caso, ella, al igual que su marido, buscaba «conocer secretos» de Carmen Cervera sin el consentimiento de ésta y consideran que sus acciones afectan a un ámbito excluido al conocimiento ajeno, y, por tanto, susceptible de calificarse como secreto. Según la declaración de un testigo, los imputados registraron durante más de una hora las oficinas privadas de la baronesa y encargaron realizar nada más y nada menos, que entre 6.000 y 7.000 fotocopias.
Sin embargo, Borja y Blanca alegan que tan sólo se llevaron documentación relativa a las sociedades de las que él forma parte. Un argumento que la Audiencia considera «insuficiente» dadas las numerosas causas en su contra: el informe pericial sobre la documentación sustraída, el «modo subrepticio» de acceder a las oficinas de la fundación, la ausencia de consentimiento de Carmen y el hecho de que, de ser cierto lo alegado, el joven podía haber accedido «de modo lícito a la documentación de las entidades de las que dice formar parte». Pero lejos de quedarse ahí, según la denuncia, la pareja también entró en diferentes carpetas de correo electrónico que contenían datos íntimos de la baronesa, como, por ejemplo, «sus últimas voluntades, cartas, contenido de cajas fuertes, comunicaciones a sus abogados y facturas personales», entre otros.
Mejor suerte ha tenido el abogado del hijo de la baronesa, Pedro Mejías Villatoro, que queda fuera del proceso porque «la instrucción no ha aportado indicios racionales de la criminalidad del delito que se le imputa». Así, Borja manifiesta que la iniciativa fue suya, y que luego decidió depositar las copias en poder de su letrado, para lo que recabó su consentimiento. En cuanto a las posibles llamadas que Borja pudo realizar a su letrado durante el tiempo que se encontraba en la oficina de su madre, la Audiencia considera más racional relacionarlas con la entrega posterior de la documentación o con la puesta en conocimiento de lo que estaban haciendo más que con el desarrollo de un plan previamente concertado entre los acusados.
De juicio en juicio
Borja llevó a los tribunales a su madre para reclamarle un cuadro de Goya y otro de Giaquinto, que decía que el Barón le había regalado. La demanda se resolvió a favor de Carmen Cervera, aunque su hijo tiene intención de recurrir.
También le reclamó la herencia que le correspondía de su padre, agobiado por su situación económica. Otro intento frustrado de Borja en la guerra abierta contra su madre.
La abuela pidió una prueba de ADN a Borja y a Blanca ante la duda de que él fuera el padre del pequeño Sacha. Se confirmó su paternidad, pero este hecho hizo que la familia se separara aún más. Cervera nunca ha aceptado a Blanca.
Carmen no acudió al bautizode su segundo nieto, Eric, en 2010, como muestra de rechazo hacia la actitud de Borja. Desde entonces, no han vuelto a cruzar palabra.
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