Sevilla

La escasa venta a particulares hunden a los concesionarios

La Semana Santa ha maquillado las cifras de ventas del mercado de automóviles en España durante el pasado mes de abril. No es que las matriculaciones hayan sido buenas.

La Razón
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Ni mucho menos, pero podrían haber sido peores si las empresas de alquiler, ante la llegada de turismo en vacaciones, no hubieran renovado sus flotas. Así, mientras el conjunto del mes caía un 23,3%, el acumulado de los cuatro primeros meses del año se situó en 26,3% de bajada. Abril se cerró con un total de 71.808 coches vendidos, lo que supone regresar a las cifras de 1993. Es decir, las mismas de hace dieciocho años. Justo cuando estalló la crisis posterior a la Expo de Sevilla y las olimpiadas.

Pero siendo malo el dato de las matriculaciones, lo que es peor es que el canal de clientes particulares ha descendido a la mitad. Y éste es el más rentable. Han crecido, como se ha apuntado, las compras de las empresas de alquiler por la estacionalidad de la Semana Santa. Pero los alquiladores ajustan los precios hasta el último euro y, además, exigen pactos de recompra, que en un plazo de meses provocan excedentes en el mercado de segunda mano.

En las operaciones de «renting» o «leassing» tampoco hay beneficios de consideración. La única operación limpia es la del cliente particular, que puede dejar 200 o 300 euros por coche, y que ha bajado hasta sólo 30.000 unidades. Como en España hay 3.500 concesionarios, se deduce que alguno no habrá realizado ni una sola venta.

Esta situación es especialmente grave para la red comercial que, descapitalizada tras varios años de crisis de ventas, está en el límite de su resistencia como empresa. Por ello, la asociación Faconauto ha pedido a Industria una bonificación temporal del 50% del impuesto de matriculación para quienes compren un coche con baja emisión de gases a la atmósfera y procedan al achatarramiento de un automóvil con más de diez años de antigüedad.

Esta medida supondría un incremento de ingresos para la Administración, ya que la reducción del dinero de los impuestos se compensaría con el IVA aplicable al aumento de ventas de coches nuevos. Para Germán López, presidente de Aniacam, no hay esperanzas de recuperación a corto plazo, ya que la confianza de los consumidores, en -21%, sigue deprimida y no mejorará con datos como inflación al 3,7%, paro en el 21,3% y un euribor en crecimiento hasta el 1,92%.