Bruselas

Barroso propone intervenir a los países que no cumplan

El presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, con el primer ministro griego, Lucas Papademos, tras su reunión en Bruselas
El presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, con el primer ministro griego, Lucas Papademos, tras su reunión en Bruselaslarazon

BRUSELAS- La UE trabaja para ultimar en los próximos meses la doble pinza que Alemania lleva buscando desde el inicio de la crisis para controlar a los «derrochadores» vecinos del sur: una férrea disciplina fiscal que pondrá a los socios del euro en apuros bajo tutela y una presión de los mercados sin mordazas. La Comisión Europea presentará mañana sus opciones para los eurobonos y dos reglamentos para reforzar la vigilancia de las economías bajo déficit excesivo, pero también a las que «estén amenazadas con serias dificultades respecto a su estabilidad financiera».

Los documentos, a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, están estrechamente vinculados en este tramo de la crisis, y se alinean parcialmente con la tesis de Berlín sobre el riesgo de que el lanzamiento de los eurobonos podría relajar el control fiscal de los países del euro acosados, al beneficiarse los más achuchados de la solidez de los más robustos al poner en común su deuda.

El cambio más significativo será la posibilidad de que la Comisión pueda «decidir que un estado miembro que experimente severas dificultades en lo relativo a su estabilidad financiera sea sujeto de una vigilancia reforzada», según la propuesta que presentará Barroso mañana. El estado miembro, que no tiene por qué haber violado los tratados y sólo podrá «expresar su visión» al respecto, según el documento, caerá así en un estrecho marcaje. Incluirá la adopción de medidas para tratar la raíz de las dificultades, «en cooperación» con la Comisión y el BCE, cuya aplicación será revisada por «misiones regulares» de Bruselas; evaluar y comunicar a la UE la situación de sus instituciones financieras, y también la Autoridad Bancaria Europea podrá evaluar la capacidad de supervisión de sus reguladores bancarios. Más aún, si los eurócratas concluyen que «se necesitan más medidas y la situación financiera del estado miembro concernido tiene efectos adversos significativos en la estabilidad de la zona euro», los gobiernos de la zona euro, en un voto por mayoría cualificada y en base a una propuesta de la Comisión, «pueden recomendar al estado miembro buscar asistencia financiera y preparar un programa de ajuste macroeconómico». Es decir, los vecinos de la eurozona ven a un socio en apuros, podrían empujarle a dejar de negar la realidad y forzarle a buscar un rescate, sometiéndose a cambio a una cura de caballo como la de griegos, irlandeses o portugueses.
 

 

Grecia se compromete «por escrito»
El primer ministro griego, Lucas Papademos, aseguró ayer que proporcionará a los socios de la eurozona las garantías del cumplimiento de sus compromisos. «No hay ninguna duda de que el nuevo Gobierno griego va a entregar este compromiso por escrito», señaló tras reunirse en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.