Barajas
Los pilotos amenazan la campaña turística de verano
MADRID- «O la situación se arregla en quince días, o la campaña de verano estará perdida». Rafael Gallego Nadal dixit. La «situación» a la que se refiere el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes y Touroperadores (Ceavyt) son las 30 nuevas jornadas de huelga convocadas por los pilotos de Iberia cada lunes y viernes desde ayer y hasta el próximo 20 de julio. Y la «campaña de verano» es la del turismo, el único sector «sano» que le queda ahora mismo a la maltrecha economía española.
Aunque todavía restan dos meses y medio para la llegada de los meses estivales, los efectos de la huelga de pilotos se empezarán a sentir en apenas un par de semanas, cuando los turistas extranjeros más madrugadores comiencen a preparar y reservar sus vacaciones. «España es un destino líder mundial para el turismo por varias razones. Una de ellas es su estabilidad. Y si los visitantes no tienen claro lo que va a suceder, las reservas se irán hacia otros países», razona Gallego Nadal para justificar sus temores.
Es posible que los pilotos sean conscientes de que sus paros pueden tener un efecto desastroso sobre el turismo pero, por el momento, no están dispuestos a ceder en sus reivindicaciones. Justo Peral, responsable del Sindicato de Pilotos (Sepla) en Iberia, asegura que si sus compañeros están en pie de guerra es porque les preocupa el futuro de la aerolínea. Que ellos «comen de esta empresa y de sus clientes», como ayer afirmó en una entrevista en Onda Cero. Sin embargo, lo cierto es que los paros ya realizados y las 30 nuevas jornadas de movilizaciones están teniendo un importante impacto en las cuentas de la compañía. Las 12 jornadas de huelga celebradas en diciembre, enero y febrero ya le han costado a la aerolínea 36 millones de euros, a razón de tres por cada día, según sus cálculos. Y las que están por venir, si nada cambia, le costarán otros 90. En total, 126 millones de euros para una aerolínea que el pasado ejercicio ya cerró con pérdidas superiores a los 60 millones. Para los pilotos, el coste ha sido en puestos de trabajo. Ocho han sido despedidos por la dirección de la aerolínea.
La nueva convocatoria de paros se ha llevado a cabo tras fallar la mediación realizada por el ex ministro Manuel Pimentel, quien presentó el pasado 25 de marzo un borrador de solución al conflicto que no fue aceptado por las partes. El representante de los pilotos de Iberia volvió ayer a tirar del argumentario que maneja en los últimos meses para defender la huelga. Su principal queja, que la aerolínea haya creado su división de bajo coste, Iberia Express, segregando su actividad de la matriz, tiene difícil arreglo puesto que esta compañía ya vuela desde el pasado 25 de marzo. Una decisión que, insisten, les costará el puesto de trabajo a 8.000 trabajadores, que es, según Peral, el deseo de British Airways, el socio de Iberia en IAG. El representante de los pilotos aseguró que «se ha demostrado delante del Gobierno que los ahorros que nosotros ofrecíamos a Iberia triplican los ahorros que van a conseguir con la creación de Iberia Express».
Arbitraje forzoso
Tras el fallido intento de mediación de Pimentel y ante el evidente distanciamiento de ambas partes de que dan fe sus declaraciones públicas, la tercera vía que parece quedar abierta la del arbitraje forzoso. Para imponerlo, el Gobierno debe corroborar que las posturas de ambas partes son, como parece, irreconciliables; que el conflicto es sostenido en el tiempo y que está ocasionando graves perjuicios a la economía española.
Por el momento, la opción no está encima de la mesa y la normalidad presidió la primera jornada de la nueva ronda de movilizaciones de los pilotos que se vivió ayer y que motivó la cancelación de 156 vuelos de Iberia. Fuentes de la compañía aseguraron a Efe que no se registraron incidentes destacables, aunque sí hubo colas ante los mostradores de atención al cliente que tiene Iberia en la terminal T4 del aeropuerto madrileño de Barajas.
Desde Iberia se destacó que los vuelos de la compañía iban ayer con mucho pasaje debido a que el lunes de Pascua es un día de regreso de las vacaciones de Semana Santa, pero aseguraron que se ofreció a los viajeros todas las opciones posibles para que puedan efectuar sus viajes. No obstante, algunos pasajeros se quejaron de la alternativa que les había ofrecido Iberia.
La segunda jornada de huelga de esta semana tendrá lugar el viernes 13 e Iberia ha anunciado que se van a cancelar 122 operaciones, de las que 56 corresponden a destinos nacionales, otras 56 al medio radio y diez a trayectos intercontinentales.
Los usuarios se sienten «rehenes y moneda de cambio»
La indignación entre las asociaciones de consumidores subió ayer varios grados. La Federación de Usuarios Consumidores Independientes, FUCI, calificó la huelga de «inaceptable» y criticó que se tome de nuevo a los usuarios como «rehenes y moneda de cambio». FUCI recordó a los usuarios que tienen derecho de compensación económica (pensado para los casos de denegación de embarque y cancelación de vuelos y no para el caso de los retrasos), al reembolso o transporte alternativo y de atención (comidas, alojamiento, transporte entre aeropuerto y lugar de pernoctación) cuando la hora de salida prevista sea como mínimo al día siguiente. Iberia ofrece más información en su página web, «www.iberia.com», y el teléfono 902 100 988.
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