Asia

Tokio

Jugando al mus

La Razón
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El espectáculo al que estamos asistiendo estos últimos días es de aúpa. Hay que reconocer que entra dentro de lo previsto, pero al mismo tiempo hay que insistir en que el presidente del Gobierno está llegando mucho más lejos de lo previsible en el sentido común.
Todos sabíamos que los Presupuestos Generales del Estado de 2011 es el gran examen de Rodríguez Zapatero en este año. Si no consigue sacar las cuentas del Estado, el final de la legislatura será una realidad. Lo tiene muy difícil, pero lo mínimo que se esperaba de él es que iba a guardar las formas. La tosquedad al anunciar desde Asia que está dispuesto a ceder ante el PNV para sacar los Presupuestos ha dejado a Patxi López a los pies de los caballos. El nuevo Gobierno vasco está consiguiendo lo que nunca se había conseguido. López, con el apoyo del Partido Popular, liderado por Antonio Basagoiti, está devolviendo al País Vasco la libertad a las calles de una Comunidad atenazada desde hace décadas por el terrorismo y paralizada por un Gobierno nacionalista que no quería saber nada de la realidad cotidiana de los vascos. Todo eso ha cambiado y ahora es muy diferente.
Pues bien, lo que no tiene explicación posible es que Zapatero esté dispuesto a dinamitar el Gobierno de Vitoria formado por socialistas y apoyado por populares para sacar adelante los nuevos Presupuestos. Se ha saltado a la torera al Partido Socialista de Euskadi como si fuera un cero a la izquierda. Esa actitud después del trabajo y del esfuerzo que están poniendo para deshacer la maraña nacionalista construida durante años es una auténtica pena. Si Zapatero salva las Cuentas del Reino, con el PNV y haciendo caer el Gobierno de López, quizá salve por el momento la legislatura, pero desde luego sin ningún recorrido. Puede ganar la batalla, pero no ganará la guerra.
Precisamente por eso y después de abrir la puerta al PNV, para decorar el desaguisado, ayer desde Tokio hacía lo mismo con Coalición Canaria y la Unión del Pueblo Navarro. Desde luego es una maniobra de distracción, pero lo que nadie discute es que quien ofrezca oxígeno a Zapatero en esta situación límite se queda con un lastre que puede ser demoledor en las próximas citas electorales.
El presidente del Gobierno está en un callejón sin salida. Sin ir más lejos desde Convergencia i Unió se pide ya sin pudor elecciones anticipadas y se sugiere que el Congreso tiene que dejar caer a este Ejecutivo agotado.
De Zapatero se puede esperar cualquier juego de manos, es un experto del mus político, pero nunca lo ha tenido tan difícil desde que llegó a la Moncloa. Y ahora un paso en falso puede ser definitivo en una convocatoria de elecciones generales. Desde luego, si Zapatero destruye al Gobierno de López acercándose al PNV, estará demoliendo una de las cuestiones más positivas de estos seis años de Gobierno. Esperemos simplemente que entre en razón.