Literatura
«Su seguro servidor Orson Wells»: Ciudadano Pou
Autor: Richard France. Versión y dirección: Esteve Riambau. Reparto: José Maria Pou, Jaume Ulled. Teatro Bellas Artes. Madrid.
Minuto uno: el espectador se incomoda en su butaca: «¡Horror! –piensa–, José María Pou engola la voz para imitar el tono aguardentoso de Orson Wells... Si lo sé, no vengo». Minuto treinta: el espectador ha olvidado a José María Pou. Tiene enfrente a Orson Wells, redivivo, disfruta con su genio y su carácter, con sus anécdotas y su personalidad arrolladora. José María Pou ha conseguido –y probablemente imitar la voz en este caso fue una sabia elección– ser Orson Wells, el enorme actor y director, en todos los sentidos, el genial locutor que aterrorizó a EE UU con «La guerra de los mundos», el debutante que hizo encolerizar al magnate William Randolph Hearst con una obra maestra como «Ciudadano Kane», el cínico y seductor Harry Lime de «El tercer hombre», el mago vocacional, el ciudadano comprometido que acabó con su carrera en la radio por defender a un negro en la América de la segregación, el marido de Rita Hayworth, el gourmet insaciable...
Ante una figura así, si el viaje es cabal y divertido, cabe sentarse a disfrutar. Y esta obra de Richard France, hábilmente versionada y dirigida por un hombre de cine como es Esteve Riambau, supone un acertado homenaje en unas cuantas pinceladas narradas en primera persona por el maestro en su ocaso: Wells graba anuncios para la radio mientras espera que Spielberg financie su proyecto maldito e inacabado, «Don Quijote». Cae el telón, Pou suda. Ha sido otro hombre, un gran hombre, durante hora y media. ¿Qué más se le puede pedir a un actor?
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