Sevilla

El Cuco: en la calle en ocho meses

El menor ha cumplido ya nueve meses interno, que le rebajarán la pena; y 16 tutelado, que también pueden computar.

«El Cuco», en una de sus comparecencias en los juzgados
«El Cuco», en una de sus comparecencias en los juzgadoslarazon

Sevilla- El sufrimiento de la familia de Marta del Castillo resulta imposible de cuantificar en tiempo. La pena definitiva que cumplirá el menor conocido como «El Cuco» sí se puede estimar después de haber sido condenado a dos años y once meses en un centro de internamiento y un mes más en un piso tutelado por el encubrimiento del crimen de Marta del Castillo. Teniendo en cuenta que ya ha cumplido nueve meses interno y 16 bajo la tutela de la Administración, el propio abogado del menor ha reconocido que «en unos meses» podría estar libre. Pero, ¿cuántos exactamente? Al tratarse de un caso que ha provocado alarma social, lo normal es que cumpla casi de forma íntegra el tiempo que le queda de internamiento, aunque siempre se suele aplicar alguna rebaja. «Estaríamos hablando de unos seis a ocho meses», explica el profesor de Derecho Jorge Urosa, que advierte de que «todo depende de los informes periódicos que emitan los servicios sociales, de los trabajadores sociales destinados en el centro de internamiento o de la casa tutelada y de la Fiscalía. En otros casos similares, lo normal es que ni vuelva al centro de internamiento».
Al margen de cálculos, «El Cuco» –«in dubio pro reo», recuerda el juez– ha sido absuelto del asesinato y las dos violaciones (una como cooperador) de la joven, lo que pone en jaque las posibles condenas al resto de implicados: Miguel Carcaño, Samuel Benítez, Francisco Javier Delgado y María García. En su sentencia, el juez subraya que «no tiene duda de que (el menor) conoce el lugar exacto de su paradero o qué se hizo con el cuerpo».
Si la Fiscalía no hubiera incluido, a última hora, la petición de encubrimiento, «El Cuco» ya estaría en la calle, incluso indemnizado, al considerar el juzgado de Menores 3 que «no ha quedado debidamente probado que penetrara vaginalmente a Marta» ni que ayudara a Carcaño a que la violara «e igualmente tampoco ha quedado debidamente acreditado que participara en la muerte». Igualmente, es exculpado del delito contra la integridad moral, al considerar el juez que al «no revelar el paradero del cuerpo está ejerciendo los derechos que le amparan» para no autoincriminarse.
A «El Cuco» se le condena por sus autoinculpaciones ante la Policía y el juez de Menores y las evidencias genéticas en el cuarto de Miguel. La incriminación que Carcaño hace del menor en su relato del 17 de marzo de 2009 –doble violación, estrangulamiento con una alargadera y retirada del cuerpo a un contenedor– «carece de eficacia probatoria», según el magistrado, que cita jurisprudencia del Constitucional («la declaración de un coimputado –que no está obligado a decir la verdad– es una prueba ‘intrínsecamente sospechosa'»). El juez insiste en el auto en que la declaración de Carcaño «no reúne los requisitos exigidos para destruir el derecho fundamental a la presunción de inocencia», citando para ello nueve declaraciones desiguales, sea en el fondo o en matices, del asesino confeso y las palabras de Miguel tras su careo con «El Cuco», cuando dijo que «mete al menor en los hechos porque éste ha metido en los mismos a su hermano y por su culpa lo ha perdido todo». Además, añade «la falta de credibilidad» de la secuencia horaria, «que tampoco es compartida por el Fiscal y la acusación particular». También añade que el piso debió ser limpiado pero eso no da pie a suponer que hubiera más restos biológicos que incriminen a «El Cuco», aunque así hubiera podido ser. La falta de ADN del menor en la cama ha sido clave para descartar la acusación de violación. Asimismo, en la navaja hallada, que daría fuerza a la versión de Miguel Carcaño que incrimina al menor –ofrecida sin la presencia del letrado de «El Cuco»–, tampoco se encontraron restos.
El magistrado explica que la Fiscalía podría haber «subsanado» determinados «vicios» que se han dado en la causa al instruirse por dos vías –adultos y menores– «con la simple declaración» de Miguel en el juicio y de Samuel «o, cuando menos, dando ocasión al abogado del menor» a hacerles preguntas.
En la sentencia a la que tuvo acceso LA RAZÓN de Sevilla, el juez de Menores Alejandro Vian considera probado que «sobre las 17:45 del 24 de enero de 2009», Francisco Javier G. M. «acudió en bicicleta al domicilio de Marta». La menor ya había salido, «dirigiéndose entonces hacia una plaza en la barriada de Santa María de Ordaz», permaneciendo allí con la víctima, Miguel Carcaño y otras personas «aproximadamente una hora y media».
Carcaño y Marta marcharon en moto a Triana y «El Cuco» «se dirigió hacia la zona del polideportivo de San Pablo (...) para hacer una botellona». La menor de 17 años y Miguel fueron a León XIII. «Una vez en el interior, dio muerte» a Marta. «Con posterioridad, llamó por teléfono móvil al menor» y a Samuel. «El Cuco» acudió a su domicilio, «donde había quedado» con Samuel y «tras coger las llaves del Volkswagen Polo propiedad de la madre del acusado, se dirigieron a León XIII». En el piso, según el auto, estaban Miguel y su hermano. A la imputada María García no se la menciona siquiera. «Decidieron, de mutuo acuerdo y con la finalidad de evitar que se descubriera la muerte de Marta, hacer desaparecer el cuerpo y, ya en la madrugada», «El Cuco» auxiliado por Samuel sacó «el cuerpo, mientras que» Carcaño «sacaba una silla de ruedas» y «lo trasladaron hasta» el coche, en el que fueron el menor y Samuel, y Miguel los siguió en su moto tras dejar la silla, «hasta un lugar no determinado» dando a Marta «un destino que a día de hoy se ignora completamente».


Tampoco pagará la búsqueda
- El magistrado rechazó el recurso de inconstitucionalidad presentado por la familia de Marta, por el que pretendía un juicio conjunto. «El Cuco» se salva de la condena por asesinato y violación, por la que la Fiscalía pedía seis años de internamiento, y tampoco se le considera responsable civil por el gasto de la búsqueda del cuerpo. Pese a todo, el letrado del menor estudiará recurrir la pena impuesta, la máxima posible, por encubrir.
- La Fiscalía, muy decepcionada, recurrirá. En su sentencia, el juez recuerda que aplica la Ley y que su trabajo «no es dar una opinión como ciudadano que no diferiría del sentir mayoritario». Además, critica que la Fiscalía no hiciera preguntas a Miguel Carcaño en el juicio y lamenta no hallar el cuerpo y, con él, más pruebas.