Feria de Bilbao

Qué buen momento por Patricia Navarro

La Razón
La RazónLa Razón

Tres orejas. Puerta grande. Faena histórica. La tarde del año. De la temporada. Pero mucho más. El poso de un torero de antes. 47 años. 28 como matador de toros y dos gestos que atraparon a la afición de Madrid. Hecha la faena al primero, la de la docena de naturales de seda, hundida la espada, el desprecio al aplauso ganado, directo al callejón. Cómo se sabía torero. De vuelta de todo, de cara a lo auténtico. Como pocos disfrutó de la faena de su compañero de terna Morenito de Aranda. De puro arrebato le echó su montera al ruedo en plena faena, ahí la llevaba. Admiración de torero a torero. Y el abrazo después. Y la naturalidad. Y la sensación de que en la vida, de vez en cuando, se saldan las cuentas. Benditos los ojos que lo ven, que lo vimos.