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ANÁLISIS Segunda ronda

La Razón
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¿Para qué se hacen los tests de estrés?
Para reforzar la confianza en el sistema bancario: se supone que los que aprueban el test son sólidos y están preparados para superar contingencias críticas.

¿Cuáles han sido sus resultados hasta hoy?
Las pruebas se han hecho sólo una vez, hace un año, y muy pocos bancos fallaron. Sin embargo, tiempo después se comprobó que los criterios habían sido poco estrictos, cuando en Irlanda y Grecia bancos que habían aprobado se hundieron.

¿Qué resultados se esperan para los tests de la segunda ronda que se conocerán próximamente?
Con unos criterios más severos, las hipótesis son que suspenderán entre un mínimo de entre 12/15 y un máximo (la cifra que dio Moody's esta semana) de 26 bancos del total de 91 que serán examinados por la Autoridad Bancaria Europea. La mayoría de los bancos suspendidos estará probablemente en Alemania, Grecia, Francia y España.

¿Qué bancos pueden suspender?
No se sabe, pero según su grado de exposición a la deuda griega se ha hablado de BNP Paribas, Deutsche Bank y Barclays. Y por sus problemas con el sector inmobiliario se habla de algunas cajas pequeñas españolas.

¿Qué cabe esperar para el futuro?
Los bancos europeos están molestos porque las autoridades, seguramente para curarse en salud tras el mencionado fracaso del año pasado, están imponiéndoles pruebas cada vez más rigurosas. Si finalmente el número de entidades suspendidas cae en la banda más alta de las especulaciones esto tendrá un doble efecto. Por un lado, consolidará la posición de las entidades que aprueben. Pero, por otro lado, podrá dificultar procesos concretos de recapitalización en el mercado, como los que llevan en estos momentos adelante Banca Cívica y Bankia en España.