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Crías «abandonadas» por Antonio PÉREZ HENARES

Crías «abandonadas» por Antonio PÉREZ HENARES
Crías «abandonadas» por Antonio PÉREZ HENARESlarazon

La novedad en la naturaleza estos días son las crías. Los partos de los mamíferos coinciden con la primavera. La jabalinas empiezan a «enseñar» sus piaras de rayones, los corzos su recental, que a veces son pareja y las osas han salido de las oseras, donde trajeron al mundo un minúsculo ser de apenas 200 gramos, seguidas ya por sus esbardos peluditos y listos para seguirlas tras haber crecido bajo la nieve y al amparo del calor y la leche materna. Menciono estas tres especies, porque sobre ellas y nuestros posibles encuentros en el campo quiero referirme. Primero los jabalíes. Lo mejor, dejarlos en paz, y tener cuidado en la carreteras para no atropellarlos. De acercarse, mejor que no. Las jabalinas suelen tener mal genio cuando están sus rayones de por medio. Igual sucede con las osas. Un encontronazo con una madre supone un serio susto. Encontrarse un osezno abandonado es una remota posibilidad. Hace unos años fue «Villarina», una hembra accidentada que, tras ser recogida y curada (se había roto literalmente la cabeza), se logró su reintroducción en la vida salvaje. Hace unos días, un cazador recogió otra cría en la carretera de Palacios de Sil. Quizás su madre, acosada por algún oso adulto (matan a los cachorros), cruzó el río y la dejó perdida.
Se confía en su reintroducción, pero lo normal, si nos topamos con un osezno, es que mama ande muy cerca. Y si nos acercamos a su cría lo que nos llegará será un rugido y algo más. Sucedió en esa carretera hace años. Hay que asegurarse de que la cría está abandonada. Los que no lo están nunca, sino escondidos, son los corcinos. Con ellos se comete un error que acaba siendo un crimen. Las corzas los dejan camuflados entre el pasto. Los paseantes topan con ellos y creyéndolos abandonados los recogen. Es su condena a muerte. Los corzos no se crían en cautividad. Los recentales se mueren irremediablemente. En realidad, la madre estaría oculta a nuestra vista, quizás a unos paso tan sólo esperando que pasemos de largo. Que es lo que hay que hacer en estos casos.