CC OO
El Orgullo más ruidoso
Las quejas por ruido han marcado las fiestas gays de este año. Ayer se tomaron la revancha y batieron el récord de decibelios por las calles del centro.
Madrid- Las fiestas del Orgullo Gay celebraron ayer su tradicional desfile envueltas en la polémica por el ruido. Año tras año, la controversia está servida con la celebración del Orgullo Gay, que muchas veces interfiere en los intereses de los vecinos. El desfile de ayer dejó claro que estas fiestas no tienen, ni tendrán, nada de «silenciosas», aunque los organizadores pactaran con el Ayuntamiento una serie de medidas que tenían por objetivo reducir los decibelios. Madrid se tiñó de los colores del arco iris y no faltaron las pancartas en las que se pedía la igualdad de derechos para este colectivo y se solidarizaban con aquellos que padecen el VIH. Este año, bajo un sol abrasador, las 25 «carrozas» comenzaron la fiesta a primera hora de la tarde. Desde la plaza de la Independencia, más conocida por la presencia de la Puerta de Alcalá, salieron con retraso a las 18:15 horas, pese a llevar horas allí congregadas.
Calor sofocante
Desde el minuto cero, los voluntarios del festejo repartieron botellas de agua, abanicos o viseras de cartón para sofocar el calor. De la misma forma, la mayoría de las carrozas portaban pistolas de agua para refrescar a los asistentes. Miles de personas acudieron para ver el recorrido de la cabalgata y fotografiarse con los personajes pintorescos que desfilan en el Orgullo, como los clásicos estereotipados albañiles, futbolistas o dragqueens. El Orgullo Gay se convirtió en un carnaval, en el que «todo vale», algo con lo que no se identifican todos los colectivos como Colegas, Confederación Española de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Su presidente, Rafael Salazar, aseguró que «hay gente que no se siente representada por esta fiesta». Su principal crítica se basa en la imagen que ofrece el Orgullo Gay al resto del mundo. «El Orgullo se ha convertido en un carnaval, cuatro carrozas con gente en tanga», reitera Salazar.
«La gente que participa lo ha convertido en algo grotesco y la cabalgata es una visión muy estereotipada que hace daño al colectivo», concluyó. La cabecera de la manifestación marchó con el lema «Salud e Igualdad por Derecho», una pancarta del colectivo gay, que fue llevada por, entre otros, la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído y el secretario del Plan Nacional sobre el SIDA, Tomás Hernández. No faltó tampoco la presencia en primera línea de otros dirigentes políticos de la Asamblea de Madrid; el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo; el coordinador de IU, Cayo Lara, y el portavoz de esta coalición en el Congreso, Gaspar Llamazares, además de los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y el de UGT, Cándido Méndez. Otros grupos políticos llevaron su propia carroza como UPyD, bajo un grupo de globos con el color distintivo del partido, el magenta.
Y es que según avanzaba la cabalgata, se volvía más reivindicativa y política. El presidente de la FELGTB, organizadora del acto, Antonio Poveda, avisó a las administraciones que «no van a consentir dar ningún paso atrás» en los derechos conseguidos; tras él desfilaba la carroza participante de los militantes del PSOE. La cabalgata concluyó en la Plaza de España alrededor de las 21:00 horas. La guinda del pastel del día festivo la puso la actuación de la cantante Marta Sánchez, que es considerada un icono para los colectivos homosexuales desde hace años.
Críticas
La asociación gay Colegas cree que el desfile no representa al colectivo y que es «algo grotesco»
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