Crisis del PSOE
Brotes amargos por Pilar Ferrer
No hay peor cuña que la de la misma madera. Ni pésimo lío que el cocido en la propia casa. Refranes ambos que piensa sin duda Alfredo Pérez Rubalcaba. Las discrepancias internas contra el secretario general del PSOE y su equipo han aflorado sin rubor esta semana. La inesperada reaparición en el Congreso de José Blanco y Carmen Chacón, junto a las fuertes críticas de Tomás Gómez, son brotes amargos exponentes de que la crisis socialista no está cerrada. A ello contribuye la falta de liderazgo de Rubalcaba, quien según las encuestas no se beneficia del desgaste del Gobierno. En el actual PSOE, despojado ya de Zapatero, cualquier movimiento se interpreta en clave de lucha de poder y oposición a Rubalcaba. El antaño todopoderoso Pepiño, relegado ahora en la Comisión de Industria del Congreso, sorprendió en la reunión del grupo parlamentario socialista al censurar la ausencia del partido en el Consejo de RTVE. La ex ministra Chacón, silente tras su órdago contra el secretario general, vuelve a exigir primarias y se luce en la Comisión de Fomento. Mientras, el siempre locuaz Tomás Gómez define a don Alfredo como un «boxeador desorientado» y no oculta su pulso con la dirección de Ferraz. Blanco, Chacón y Gómez encabezan una corriente díscola hacia la dirección del partido. Muchas voces critican la manera de hacer política de Rubalcaba, que no logra ni por asomo erosionar al PP. También la falta de talla de personas de su confianza como Elena Valenciano y Soraya Rodríguez. Esta última sucumbe de manera patética, en sus intervenciones parlamentarias, ante la otra Soraya, vicepresidenta del Gobierno y magnífica oradora en el Congreso. El patio socialista se mueve. Está ya, sin disimulos, alborotado.
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