Incongruencia

Hoy celebramos el Día Internacional de la Cruz Roja. Una organización humanitaria que fundó Henry Dunant, nacido en el seno de una familia religiosa de Ginebra el 8 de mayo de 1828, para que los heridos, los vehículos y el material sanitario fueran neutrales y quedaran así protegidos en tiempos de guerra. Este organismo estableció hace casi dos siglos, siete principios que siguen constituyendo esenciales pilares a defender en todas las sociedades: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, carácter voluntario, unidad y universalidad.Mientras que Cruz Roja sigue enmendando con estos valores lo que las armas destruyen, ciertos países siguen exportando armas plácidamente. Un informe avalado por Greenpeace, Amnistía Internacional, Fundació per la Pau e Intermon Oxfam revela que en la segunda mitad del 2009, el Gobierno electo bajo consignas como «No a la guerra» autorizó vender armas a más de una docena de países que violan los derechos humanos, están en una delicada situación política o forman parte de conflictos armados, y está prohibido por ley mandar material bélico a lugares en conflicto o en los que no se respetan los derechos humanos. Marruecos, por ejemplo, ¿cómo garantiza que los millones de euros gastados en armas que España le autorizó a comprar no servirán para violar derechos humanos? Mientras unos curan otros procuran las heridas, pero lo incongruente es que quienes votaron a esos que las procuran no querían más guerras.