Bilbao Basket
Hasta que Sergio quiso
El Gran Canaria se fue de la Copa del Rey otra vez a la primera, pero después de haberle hecho pasar un mal rato al Real Madrid. Los insulares estiraron al máximo sus recursos y no permitieron a su rival una noche tranquila.
Los de Messina amenazaron varias veces con romper el choque antes de tiempo, pero en todas ellas el Gran Canaria supo recuperarse y mantener la incógnita hasta las últimas páginas de la novela. Sergio Rodríguez, con 13 puntos en el último periodo, acabó con el debate.
La mejor noticia para el anfitrión en el descanso era el marcador (39-34), mucho más favorable a sus intereses que el juego. Especialmente preocupante para el Real Madrid fue el comienzo, en el que se encontró con una avalancha enfrente que no esperaba. El Gran Canaria apareció en el Palacio de los Deportes muy enchufado y lanzado por su perímetro, que además de anotar, ponía en funcionamiento a sus hombres altos en la pintura (11-19, min 8). La responsabilidad maniató a los blancos casi desde el vestuario y enfadó a Messina, que puso su banquillo del revés enseguida. Probó con casi todo lo que tenía sentado a su lado para evitar que la pequeña recesión se convirtiese en una gran crisis. Hasta diez jugadores blancos actuaron en el parcial inicial, que fue el mejor para los intereses. Green arrancó con energía y Carroll anotaba sin encontrar un defensor capaz de detenerlo. El resto de la fiesta del «Granca» tenía su origen bajo el aro. Sin nada que perder, los amarillos disfrutaban, mientras a su rival le apretaba cada vez más la corbata.
El público esperaba a Mirotic y el canterano se presentó con un triple sobre la bocina cuando la posesión se terminaba y el sol calentaba de verdad para los suyos. En combinación con Tomic y Carlos Suárez, el balcánico pinchó el globo enemigo para apoderarse de la iniciativa antes del intermedio. La mayoría de los ojeadores de la NBA están en Madrid para ver a Mirotic y en sus cuadernos quedaron apuntadas muchas cosas buenas. No fue un partidazo el suyo, pero más allá de anotar fue importante en el rebote y en la defensa con algún tapón tan espectacular como clave. El carrusel de cambios de su técnico lo llevó una y otra vez al banquillo, aunque cada segundo en la pista lo aprovecha para aportar soluciones al equipo. Su gran explosión en la Copa quizá esté por llegar, pero lo que insinúa es más que evidente y muy sabroso.
Más decisivo que Mirotic fue Sergio Rodríguez, que sofocó los últimos intentos de sus paisanos con una riqueza anotadora a la que no está acostumbrado últimamente. Trece puntos del «Chacho» decidieron un choque que sólo peligró para el Real Madrid en los primeros minutos. Antes que Sergio fueron otros los que tiraron del carro blanco para evitar la tragedia que hubiera significado quedar fuera en cuartos de final. Fue Felipe el que apareció nada más volver del descanso para mantener el mando en el marcador, y poco después fue Llull el que reclamó la atención para firmar la escapada más importante del Madrid en el choque (54-46, min 26).
La actuación blanca no fue redonda, ni con un juego totalmente sólido, pero en cada momento apareció uno o varios jugadores para poner los puntos y la calidad. El mejor en esto fue Rodríguez, que se dio el gustazo de decantar el debate definitivamente y volver a sentirse importante, como con los tres tiros libres que forzaron la prórroga ante el Efes Pilsen.
El culpable de que se acabara la discusión fue él, mientras que el responsable de justamente lo contrario fue Carroll, que dio 30 razones a los ojeadores en forma de puntos. Su capacidad para agujerear el aro rival mantuvo a los suyos en la pelea, mientras que para el Madrid era un dolor de cabeza que distorsionaba sus intentos de ruptura del marcador. Además de su producción hubo cosas de Beirán, el sudor de Xavi Rey y algún fogonazo de Spencer o Wallace, pero no fue suficiente.
El Madrid supo controlar todas esas amenazas y otra casi tan peligrosa, los nervios. Llegaban en un buen momento de juego y con una racha de victorias fiable, pero tanto tiempo naufragando en esta competición pesa mucho más que el momento actual. Los blancos dieron el primer paso, que es el más difícil para ellos, porque no les ha resultado sencillo últimamente concentrar su competitividad en estos cuatro días.
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