Disturbios

Botella advierte a los 15-M que a partir de ahora cumplan la ley

Quince camiones recogen los enseres de los acampados y los trasladan a un almacén municipal, sin incidentes ni detenidos

Agentes entran en una de las «chabolas» construidas por los indignados en la plaza del Ayuntamiento de Valencia
Agentes entran en una de las «chabolas» construidas por los indignados en la plaza del Ayuntamiento de Valencialarazon

Rozaban las cuatro y media de la noche en el reloj de la plaza, nuevamente del Ayuntamiento, de Valencia, cuando numerosos efectivos de la Policía Local, reforzados a prudente distancia por la Unidad de Intervención de la Policía Nacional, entraron en la acampada y, tras despertar a unas sesenta personas, les advirtieron de todas las ordenanzas municipales que estaban incumpliendo y les conminaron a abandonar la plaza. Los «indignados» aceptaron la recomendación y pusieron fin de este modo a más de un mes de ocupación del espacio público central de la capital valenciana.

Había sesenta personas, más de seis veces lo habitual (habían llegado a dormir en la plaza entre cuatro y cinco personas), porque el desalojo de Castellón hizo prever que el de Valencia estaba próximo y mucha gente acudió a respaldar el movimiento... o lo que queda de él. De hecho, muchas de las asambleas ya habían desalojado la plaza y el ambiguo movimiento se desvinculaba de los acampados de la plaza que en palabras de la delegada del Gobierno, Ana Botella, «no teniendo otro sitio», estaban dispuestos a quedarse hasta cuando fuera». De hecho, las asambleas eran minoritarias y, en algunas ocasiones, tumultuosas. El espíritu del «quinceeme» hace tiempo que voló hacia los barrios. También fueron quince los camiones que hubo menester para retirar los enseres de los «indignados» a un depósito municipal donde, previa solicitud, los podrán recuperar cuando quieran.

No hubo registros ni detenciones, y sí identificaciones preceptivas de personas indocumentadas. Dos menores fueron devueltos a sus familias. La delegada del Gobierno calificó ayer el movimiento 15-M de positivo y les aconsejó que cumplan las leyes y las normas sociales para canalizar sus reivindicaciones. «Esta Delegación no tiene una actitud represiva, sino todo lo contrario, pretendemos asegurar los derechos a la libertad de expresión de todos, pero si se van a concentrar, que lo pidan y no hay ningún problema».

Dijo no saber qué pasará en un futuro con el movimiento, ni si se volverán a concentrar antes de las Elecciones Generales, «pero nos pillarán más expertos y curtidos» y advirtió que las acampadas «están prohibidas» y dio por finalizada esta etapa de «expresión impetuosa». Igualmente, calificó los hechos de ejemplo de convivencia y sobre la posibilidad de un punto de información permanente en la plaza, dijo que los soliciten al Ayuntamiento, y digan quiénes son, porque ahora no lo sabemos».