Castilla-La Mancha

Cospedal logra hacer historia

El Partido Popular puso ayer fin a tres décadas de gobiernos socialistas en Castilla-La Mancha, con una victoria «clara y rotunda», como dijo anoche la próxima presidenta de la región, María Dolores de Cospedal. El presidente saliente, el socialista José María Barreda, reconoció la victoria del PP, que calificó de «contundente».

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El PP se hizo con la mayoría absoluta con 25 escaños –cuatro más que en 2007– mientras que el PSOE logró 24 escaños, dos menos de los que obtuvo en los anteriores comicios autonómicos. Según los sondeos previos, el Partido Popular iba a tener la oportunidad de llevar a cabo su programa en el que ha sido feudo socialista durante 28 años, y así ha sido.
Este triunfo supone arrebatar al PSOE una de sus comunidades históricas y llevar a la práctica el cambio de ciclo político que el PP lleva años anunciando para llegar a La Moncloa.

Cospedal será la segunda mujer que presida una comunidad autónoma en España tras una jornada electoral en la que, con el 99,5% de los sufragios escrutados, el PP ganó al PSOE por 55.000 votos (564.142 a 508.548) y casi cinco puntos de diferencia y logró su primera mayoría absoluta tras seis de José Bono y una de Barreda. La gran protagonista aseguró que se dedicará «de manera muy especial a las personas que lo están pasando especialmente mal en este momento». Según dijo María Dolores de Cospedal, centrará sus primeras medidas al frente de la Junta en «los hombres y mujeres que están la región en paro». «Me quiero acordar», agregó, «de tantos trabajadores autónomos que han tenido que cerrar, de nuestras personas mayores y de nuestros jóvenes, y decirles que por aquellos que lo están pasando peor vamos a trabajar y dejarnos la piel».

Visiblemente emocionada, cuando compareció el PP ganaba por 28 escaños a 21, si bien esa diferencia se fue acortando hasta el 25-24, con Guadalajara como provincia clave, como pronosticaban las encuestas. «El PP ha ganado las elecciones y hemos cosechado una victoria clara y rotunda», sentenció la futura presidenta regional, quien dio las gracias a todos los hombres y mujeres de Castilla-La Mancha por apoyar su proyecto de cambio y prometió: «No les vamos a defraudar, no lo vamos a hacer». Según afirmó, el de ayer es un cambio que van a protagonizar los castellanomanchegos, por lo que tendió la mano al PSOE para trabajar por el futuro de la comunidad. Sin ánimo revanchista, la mujer que ha conseguido barrer al PSOE de Castilla-La Mancha, dijo a sus compañeros y militantes de partido que el PP no es un partido de «rencores» ni de «vendettas», sino que es un partido «generoso y limpio». «Y para todos vamos a trabajar», reiteró.

Por su parte, el presidente saliente, el socialista José María Barreda, compareció anoche para reconocer la victoria del PP y señaló que el PSOE ha recibido un aviso «muy contundente» y que habrá que hacer una lectura en clave nacional, con «todos los compañeros» de España. Barreda dijo que había llamado a De Cospedal para felicitarla por su éxito tras ganar «claramente» las elecciones.

La conquista en solitario del Everest, por Carmen Morodo
Primera secretaria general del PP y primera dirigente de este partido que consigue la hazaña de gobernar en Castilla-La Mancha. Madrileña de nacimiento y albaceteña de crianza, Dolores de Cospedal ha superado en tres años las doce pruebas de Hércules. Con una carrera meteórica a sus espaldas, con «padrinos» de lujo como Esperanza Aguirre o Javier Arenas, en 2008 se convirtió en el mirlo blanco con el que Rajoy ejecutó la operación de limpieza de imagen tanto de las siglas del PP como de su nombre para poder intentar por tercera vez el asalto a La Moncloa tras los dos fracasos anteriores. En aquellos tiempos de espadas en alto dentro del PP, Cospedal era una de las pocas voces que prácticamente en cada acto en el que participaba –y así lo ha venido haciendo hasta ahora– hablaba para bien del presidente popular.

Una lealtad que Rajoy le ha devuelto con su apoyo, posiblemente también el único sincero, y el más sólido, cuando ella aterrizó en el verano de 2008 en la Secretaría General sin conocimientos profundos sobre la organización de partido y sin nadie tampoco dispuesto a dárselos. Amén de que en política, como en cualquier otro oficio, ser mujer en un puesto de responsabilidad le haya exigido tener que «bramar» más para hacer valer su autoridad. Como «número dos», en estos tres años ha tenido que batirse con «toros» mal encarados de la ganadería «gürteliana», como el ya ex tesorero Luis Bárcenas, a cuyo nombramiento le puso «peros» antes de que los «papeles» del «caso Gürtel» le colocaran en el centro de la diana. En todo este espinoso asunto ella ha ido por delante en la exhibición de «mano dura» e incluso se ha quedado con facturas pendientes que no es descartable que llegue a cobrárselas en el futuro.