Un derbi desigual

- Matador Ronaldo El delantero portugués está casado con el gol. Lleva doce tantos en nueve partidos y si sigue con estos registros romperá la marca de Zarra y Hugo Sánchez (38). Ha marcado un gol menos que el total de los conseguidos por el eterno rival (13). Supera, pues, a jugadores de la talla de Forlán (3), Diego Costa (3) y Agüero (1). En descargo de los rojiblancos hay que explicar que el «Kun» ha estado varias semanas lesionado y que Forlán está agotado, por lo que Quique le ha dosificado. Cristiano tiene como compañero de correrías goleadoras a Higuaín(5) en un Madrid que es una máquina de matar (25 goles en nueve encuentros).

- Superioridad en defensa La solidez defensiva de los de Mourinho ha sido una constante en las jornadas disputadas. Pepe, pese a sus errores puntuales, y Carvalho, un maestro en la anticipación y en leer el juego, forman una pareja casi invulnerable. Sergio ayuda también y Marcelo está respondiéndo a lo que le exige el técnico en esa faceta. Casillas sigue siendo el mejor del mundo y desde el concepto defensivo del equipo Mourinho construye su fútbol. El examen contra Agüero, Forlán, Simao y Reyes será el más complicado de los que han tenido hasta ahora. En el bando rojiblanco, se reforzó la defensa con la llegada de Godín y Filipe Luis para no tener los errores del curso pasado. Pero entre que el brasileño ha necesitado ponerse a puntos –además no es un jugador con mentalidad defensiva y Quique trata de corregirle y enseñarle- y que Godín se ha lesionado, nunca han jugado junto los teóricos titulares (Ujfalusi, Godín, Domínguez y Filipe Luis). Y no parece una línea muy ajustada; fallan en la estrategia defensiva, en la basculación y en los relevos. No hay sincronía y para Valera, Ujfalusi, Domínguez y Filipe Luis la papeleta es de órdago. Los rojiblancos han encajado cinco goles más que su enemigo capitalino (10 por 5).

- Al mando, Xabi Alonso El centro del campo del Madrid se mueve bajó la impronta de Xabi Alonso, la calidad de Özil, el trabajo oscuro de Khedira y el esfuerzo, casi sobrenatural de Di María. Ellos logran que las transiciones se hagan a velocidad de vértigo, al margen de la presión que ejercen sobre el rival. Fútbol perpendicular y directo en busca de los goleadores. Quique les tratará de neutralizar con Assunçao como vigilante de Özil, con Tiago como enlace, y con las ayudas de Simao y Reyes, que serán claves para no dar superioridad al rival.