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Castelao y el Consejo por Ely del Valle

La Razón
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La dimisión de Castelao Bragaña como presidente del Consejo General para la Ciudadanía Española en el Exterior viene a demostrar algunas cosas que ya sospechábamos: para empezar, que hay mucho impresentable, dentro y fuera de la política, ocupando cargos para los que no dan la más elemental talla ética, y para terminar, que a pesar del mensaje de que de aquellos polvos del despilfarro de antaño proceden los lodos que ahora nos ahogan, seguimos manteniendo con el dinero que ya no tenemos un equipaje insostenible de consejos, comités y demás zarandajas de dudosa utilidad.

Somos mayoría los que desconocíamos hasta la fecha la existencia del susodicho Consejo, del que hemos tenido noticia gracias a un señor con dos dedos de frente y siete metros de lengua, y ahora, también somos muchos los que nos preguntamos cuántos de estos organismos de dudosa utilidad existen a la sombra del conocimiento público.

Mientras se eliminan pagas extra, se rebajan salarios y se recorta poder adquisitivo a mansalva, lo que ha venido a visualizar el ínclito Castelao es que seguimos manteniendo órganos consultivos no vinculantes y estamentos espurios cuya rentabilidad sólo es visible para quienes cobran directamente de ellos. La culpa, no vamos a caer en simplismos, no es sólo de este Gobierno, incapaz de cortar con estas cosas: la reponsabilidad es de todos los gobiernos anteriores que los han creado, alentado y hecho crecer sin medida. En esto, nadie puede tirar la primera piedra –y el PSOE, que ha gobernado durante 22 años, menos que nadie– porque han sido los adoquines de todos los que han empedrado el camino que nos ha traído hasta donde estamos, pero lo cierto es que o se empieza a meter la tijera en lo verdaderamente superfluo o el cantazo en los dientes va a ser de órdago.