Japón

El agua puede curar los efectos de la radiación

El investigador japonés Masaru Emoto, que ha estudiado la estructura molecular del agua según los estímulos que recibe, ha identificado ese elemento como parte de un tratamiento contra los efectos de la radiación.

Las propiedades de un particular tipo de agua del sur del Caúcaso, dijo, se han demostrado eficaces en laboratorio y en campo contra los efectos cancerígenos de la radiactividad, a propósito del reciente accidente de la central nuclear de Fukushima. Según el experto, la Asociación de Padres de Niños de Fukushima, que él mismo ha creado, ha repartido 100.000 botellas de ese clase de agua, aparentemente rica en silicio, que actúa a modo de terapia homeopática.


El agua en cuestión "cede"al paciente su capacidad de resistencia a la radiactividad, natural y artificial, exacerbada por la industria nuclear y los accidentes y experimentos que se han registrado desde Chernóbil, explicó a EFEverde Masaru Emoto, de visita en Madrid para participar en la campaña promocional de una conocida embotelladora de agua mineral. Declarado opositor de la energía nuclear, el autor japonés, que ha publicado sus trabajos de los últimos 30 años "desvelando los secretos estructurales del agua", busca apoyo internacional para su proyecto de "Paz en el Mundo"y distribuir "agua segura"a los niños de la zona afectada por la catástrofe de Fukushima. "La ciencia no escucha. Viajo por todo el mundo en busca de respaldo para detener el uso de la energía nuclear no solo en Japón, donde una de cada dos personas padece cáncer, sino en todo el mundo. Ya no se puede esperar más", señaló.


El agua es un regalo de la naturaleza, que es la máxima expresión de la divinidad, sostuvo Masaru Emoto, tras explicar que como "fuente de vida"responde a las agresiones o cuidados que recibe. Las vibraciones y los campos electromagnéticos, defiende, cambian la estructura del agua, más pura cuanto más armonioso y natural sea su entorno. Si el ser humano es 70 por ciento agua, ¿por qué no pensamos que nos puede pasar lo mismo?, se pregunta.
Seguro de la respuesta, defiende que el hombre es como el agua que bebe y apuesta por la educación de las nuevas generaciones para conservar el agua limpia. "Somos agua y una agresión al agua es una agresión contra nosotros mismos", insistió.


Aunque recomienda tomar al día entre un litro y medio y dos de agua mineral de manantial y bebió con agrado el agua potable de Madrid, el experto japonés confesó que prefiere la cerveza. "El agua -recomendó- hay que tomarla con placer y gratitud, no como obligación".
Masaru Emoto participa en la campaña "Quédate con lo bueno"de la embotelladora de agua Bezoya, que se surte del manantial de Ortigosa del Monte, en la sierra del Guadarrama.