Estados Unidos
México: «No limpies el parabrisas»
Nuevo Laredo, en el lado mexicano del río Bravo del Norte, es una ciudad fronteriza de 350.000 habitantes por donde pasa a Estados Unidos un tercio de todas la exportaciones del país. Son cifras que marean: más de un millón de trailers y mil quinientos convoyes de ferrocarril cruzan al año por los cuatro puentes que la unen con la vieja Laredo. Es, por lo tanto, una de las «plazas» más codiciadas por los narcos y, de momento, mandan allí los sanguinarios «Zetas» que, entre otras cosas, han acabado con la libertad de Prensa por el sencillo procedimiento de asesinar periodistas. Por eso, a medida que los medios de comunicación tradicionales eran obligados a callar, surgían en Internet blogs y foros anónimos, viveros de libertad en los que se cuentan las cosas que pasan, se dan avisos de seguridad, se habilitan espacios de colaboración ciudadana con el Ejército y se enseña a protegerse de la violencia con sencillas medidas de seguridad. Los blogs trabajan en tiempo real con la información que facilitan sus miles de colaboradores, siempre anónimos. Así, hay una sección de «alertas» que se pone en marcha cuando empiezan los tiroteos. Les trascribo una de ellas, del blog «Nuevo Laredo en Vivo», ocurrida el pasado 9 de Noviembre. Las horas son locales y los internautas se identifican por un número clave que, por razones de seguridad, prefiero reservarme:
«–2:33:18 am: Situación de riesgo.
–2:34:01 am: ¿En dónde?
–2:35:02 am: Por el rumbo de la mirador.
–2:37:50 am: Se oyen balazos por la Yucatán y los rieles. Se oyeron ráfagas y, después, 3 tiros aislados, como tiros de gracia.
–2:38:14 am: Se escucharon calibres muy pesados.
–2:42:55 am: Persecución y ráfagas por la carretera Anahuac.
–2:46:58 am: Se escucha el helicóptero.
–4:05:39 am: No den ubicación del helicóptero.
–4:07:18 am: Camión atravesado por Washington y Amado Nervo». Fin de la alarma.
El Ejército mexicano monitorea estos mensajes que a veces dan información muy valiosa: «Se comunica a Marina de México revise Chevrolet suburban de color verde, placas 365-LFG, de Texas, de las blancas, vidrios oscuros, que realiza enlace de "zetas"entre calles...».
Otros mensajes son consejos útiles: «Si le tiran un huevo contra el parabrisas, no se le ocurra activar los limpias, ni menos con agua. Se forma una pasta en el vidrio que impide la visibilidad y le obligará a detener el auto. Ahí le esperan los ladrones. No limpie el parabrisas, cierre los seguros y acelere».
En el México de hoy, tal audacia ciudadana tiene un duro precio. Ya son cuatro los internautas asesinados bárbaramente por los «Zetas». Al menos uno de ellos, María Elizabeth Macías, era periodista en activo, jefa de Información del periódico local «Primera Hora». En la red se hacía llamar «La nena de Laredo». Del último asesinado, un joven que utilizaba el «nick» de «rascatripas», no se ha facilitado la identidad. Su cuerpo, torturado y decapitado, se halló con el siguiente cartel: «Esto me pasó por no entender que no se deben publicar las cosas en las redes sociales».
El blog sigue en activo, aunque han extremado las medidas de seguridad para garantizar el anonimato de sus usuarios. Se sabe que los «Zetas» han contratado «hackers» y que tienen infiltrados en las compañías de servicios telefónicos y de Internet. También se sabe que este tipo de información hace daño al narco y que mientras haya «rascatripas» en Nuevo Laredo, habrá esperanza.
Demasiados accidentes aéreos en México
Uno no es partidario de las teorías conspirativas, dado que la experiencia demuestra que la realidad siempre supera a la ficción. Estadísticamente no es normal que en cinco años hayan muerto en accidente aéreo tres altos cargos del Ministerio del Interior de México, dos de ellos ministros, y una docena larga de jefes policiales. Pero, también es cierto que la inseguridad –y los atascos– han poblado el cielo de México de helicópteros y avionetas, y que los accidentes son frecuentes. Cincuenta en veinte años.
Tendrán que ser muy buenos los refugios iraníes
La imagen capta el momento en que un proyectil de penetración profunda atraviesa como si fuera mantequilla seis metros de hormigón armado. El invento es norteamericano, pero no les quepa duda de que el Ejército israelí lo tiene en su inventario. Y hace bien. El problema no es sólo que Irán tenga un programa nuclear y esté enriqueciendo uranio. Lo chungo es que, además, está trabajando en el diseño de detonadores rápidos sincronizados, construye misiles balísticos y posee un cilindro de pruebas capaz de contener la energía de una explosión de 70 kilos de alto explosivo. Aunque la OIEA, que ha hecho público estos datos en su último informe, no termina de rematar, lo cierto es que esos detonadores –complejos y muy caros– son los que se emplean en un artefacto nuclear, en el que es imprescindible comprimir de manera uniforme el «collar» de uranio. Lo mismo reza para los ensayos con alto explosivo, que es otro elemento clave en el iniciador de la bomba. Dado que el régimen de los ayatolas ha expresado reiteradamente lo que, en su opinión, debería hacerse con Israel, no es extraño que el término «ataque preventivo» sobrevuele el ambiente. Pero Irán es muy grande y tiene sitios de sobra para ocultar búnkeres. Aunque, eso sí, tendrán que ser muy gruesos y hondos.
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