España

20-N: el día del cambio

Zapatero adelanta las elecciones por la presión de los mercados y de Rubalcaba. Rajoy afirma que «con un Gobierno distinto, España se recuperará»- Del pleno empleo a la cola de Europa- El último pulso frente a Rubalcaba- 20-N: la memoria histórica hasta el final- ETA: ¿una ayuda al PSOE?- Retrato de un presidente-OPINIÓN: Editorial; Soraya SÁENZ DE SANTAMARÍA; Gloria LOMANA; José Antonio VERA; Agustín de GRADO; Carmen GURRUCHAGA; Iñaki EZKERRA; Ángela VALLVEY; Pedro SÁNCHEZ y José María MARCO

Zapatero anunciará hoy el adelanto de las elecciones
Zapatero anunciará hoy el adelanto de las eleccioneslarazon

MADRID- Al filo de las 12:30 horas de ayer, un sereno José Luis Rodríguez Zapatero cumplió por última vez su compromiso adquirido en 2004 de comparecer ante la Prensa cada semestre. En esta ocasión, lo hizo para anunciar con dos meses de antelación su decisión de convocar oficialmente el 26 de septiembre las elecciones generales para el 20 de noviembre. El presidente tenía tomada la decisión de anticipar la cita con las urnas desde hacía tiempo, aunque en público y en privado ha sostenido durante meses su firme voluntad de agotar la legislatura. Esta resolución, según su relato, fue tomando cuerpo después de diversas conversaciones con miembros del partido, del Gobierno y otros dirigentes políticos. De hecho, puso sobre aviso de su anuncio al líder de la oposición. Dicho lo dicho, se negó a dar nombres de la lista de personas con las que ha conversado en las últimas semanas.

El único apellido que facilitó de esta relación fue el del candidato socialista a La Moncloa. Precisamente, fuentes consultadas por este diario aseguran que el jefe del Ejecutivo tomó la determinación a finales de mayo de adelantar los comicios, si su todavía vicepresidente primero se lo demandaba, como así ha sido al final.

Pese a ello, Zapatero, que abandonará también su escaño de diputado en las próximas generales, desmintió ayer que el interés electoral del candidato de su partido, con un CIS que vaticina un recorte de tres puntos respecto al PP, haya pesado a la hora de adelantar los comicios. «Ha sido el interés general» del país el que ha inclinado el fiel de la balanza para decidir este anticipo.

Precisamente, el interés general le ha llevado a anunciar el adelanto con dos meses de anticipación al 26 de septiembre, fecha en la que se producirá la convocatoria oficial de los comicios. Con este anuncio prematuro, trata de «proyectar certidumbre política y económica sobre lo que queda por hacer, lo que va a hacer y el calendario electoral». De ahí que haya preferido no esperar a septiembre y desvelar ya la cita con las urnas.

Sin embargo, eligió para despejar la incógnita electoral una jornada negra, con la amenaza de Moody's de rebajar la calificación de España y el riesgo país en 350 puntos básicos. En este escenario, no ocultó que la tensión en los mercados se prolongará en agosto. El único dato positivo del día corrió a cargo de la EPA del segundo trimestre del año, que indica un cambio de tendencia, con una reducción de la tasa de paro de cuatro décimas. «Aunque aún falta tiempo para la creación de empleo con fuerza». Por eso «habrá que continuar en la tarea, pero el rumbo está trazado».


Un día más
El presidente esgrimió idéntico argumento, el económico, para justificar la cita con las urnas el 20-N, al igual que hizo hasta hace unos días para negar este avance electoral. Esta explicación también le sirvió ayer para justificar la elección de la fecha. A su juicio, el 20-N, aniversario de la muerte del dictador Franco, es una fecha como otra cualquiera, sin mayores connotaciones. «Si estudian el calendario, se darán cuenta de las dificultades para elegir un día, con largos festivos de por medio».

El jefe del Ejecutivo quería que las elecciones se celebraran un mes y medio antes del fin de año para dar tiempo a que desde el 1 de enero próximo «haya un nuevo Gobierno con plena capacidad». «Es bueno para la economía que haya a partir del 1 de enero un nuevo Gobierno con plena capacidad», reiteró, después de meses de esgrimir la estabilidad económica para agotar la legislatura. Con esta declaración de principios, rehusó valorar los efectos en los mercados y en la economía de la inevitable prorrogar de los Presupuestos del Estado de 2011.

Zapatero justificó también la elección de esta fecha por que permite aprobar una serie de leyes «reformistas» en el Congreso de los Diputados, entre las que destacó la ley concursal, la de la agilización, la integración de los trabajadores agrarios en el régimen general de la Seguridad Social y la reforma de la ley de víctimas del terrorismo.

Con estas normas, consideró que ha cumplido en «buena medida» los objetivos que se trazó para esta segunda parte de su última legislatura, especialmente, el referido a la reducción del déficit público. No obstante, avisó de que no se puede baja la guardia y, por ende, de que debe existir una tensión permanente del control del gasto. Por eso anunció la aprobación el próximo 19 de agosto de un decreto ley, que se convalidará en septiembre en la Cámara Baja y que supondrá un esfuerzo adicional en las cuentas públicas.

Zapatero rehusó aclarar si subirá los impuestos. Tan sólo se limitó a precisar que este decreto recogerá una reforma del Impuesto de Sociedades, así como la reducción del gasto farmacéutico decidido por Sanidad y las autonomías y nuevas medidas para promover el empleo. Con este decreto, tratará de garantizar el cumplimiento del objetivo de situar este año el déficit público en el 6% del PIB. Tras demandar responsabilidad a todas las Administraciones Públicas en la consecución de este reto, valoró positivamente el compromiso alcanzado por los gobiernos autonómicos en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera para fijar una regla de gasto.

Terminada su intervención inicial, que pivotó sobre el adelanto electoral por la situación económica, el presidente, que prometió emplearse a fondo hasta el final por sacar a España de la crisis, recurrió a su tono más sereno, sosegado y amable para rehusar contestar prácticamente a la totalidad de las cuestiones que se le plantearon. Para evitar trasladar la atención a otros puntos diferentes al de la cita con las urnas, eludió realizar un balance de sus más de siete años como inquilino de La Moncloa. Por eso no contestó a la típica pregunta de cuál ha sido su peor y su mejor momento.

No obstante, quiso aclarar que no ha supuesto un mal trago para él el anticipo electoral por la crisis. «Lo más importante es el interés general más allá de cualquier otro. Ésto es lo que me motiva, más allá de las dificultades». Por eso mantuvo el tono sereno incluso cuando se le interrogó por el procesamiento de su cúpula policial en 2006 por el chivatazo a ETA. Eso sí, aprovechó la ocasión para referirse a la banda etarra, una de sus mayores obsesiones. «En estos años ha habido avances determinantes y decisivos para su fin. Estamos en la recta final, lo que no supone que no tengamos mucha tarea por delante». Por ello ofreció al próximo Gobierno su sincera colaboración para acabar con ETA.


Los mensajes
«El interés general es lo más importante. Es lo que motiva más allá de las dificultades»
«Es bueno para la economía que haya a partir del 1 de enero un nuevo Gobierno»
«Habrá que continuar con la tarea, pero el rumbo está trazado para la recuperación»
«En estos años ha habido avances determinantes y decisivos para
el fin de ETA»


La encuesta
El 91% lo ve acertado
Entre los lectores de la web de LA RAZÓN, la gran mayoría (91%) cree que el adelanto es la mejor opción. Mientras, un 73% cree que esta decisión se debe a intereses electorales.


Y el mundo miró a España
La prensa extranjera lo asocia a la crisis económica
Los principales medios internacionales coinciden en relacionar la decisión de Zapatero de adelantar las elecciones a las presiones políticas y financieras derivadas de la actual crisis económica en España.