Londres
Albert Guinovart: «No entiendo el desprecio moderno a la melodía»
BARCELONA- En el 150 aniversario del compositor Claude Debussy, nada mejor para homenajearle que componer una pieza pensando en sus revoluciones armónicas. Al menos esto es lo que ha hecho el músico Albert Guinovart, que esta noche presenta en el Festival de Peralada un concierto en que une composiciones del maestro francés con otras suyas y una específica para el programa titulada «Estampes».
– ¿Qué le une a Debussy?
– Él nació en 1862 y cien años después nací yo, así que estaba bien contraponernos, salvando las distancias, por supuesto, como compositores. Ya había hecho estos maridajes antes con Chopin y con Granados y junto a la dirección de Peralada pensamos que sería interesante dar una vuelta de tuerca al homenaje típico.
–¿Qué le interesa más del compositor francés?
–Si pienso en él, pienso en sus revoluciones armónicas y cómo profundizó en la tradición no germánica. Fue el primero en interesarse por otras músicas, como las de Bali o las ibéricas. También tenía un conocimiento profundo de Chopin. Forma parte de ese gran río que formamos todos los músicos, que arrastra todo lo anterior y lo lleva más allá.
– ¿Se siente más cómodo interpretando al piano sus composiciones o la de grandes maestros?
–Siempre hay más responsabilidad con las obras de repertorio. Es un reto mayor, porque están las referencias a los grandes pianistas que lo han interpretado antes. Cuando toco algo mío estoy más tranquilo.
–¿Compone en una mesa o va directamente al piano?
–En el conservatorio siempre me decían que había que componer en papel, en una mesa, pero yo no dejaba de ver fotografías de mis héroes componiendo al piano. Yo siempre prefiero sentarme al piano, empezar por la melodía.
–¿Cree que la melodía está denostada en la música contemporánea?
–Me dedico a la música porque me gustan las melodías. Todos entramos en la música por las melodías, es lo que recordamos primero. Nadie se enamora por primera vez de la música por sus texturas. Sí, está muy maltratada últimamente y parece en extinción, pero la tónica está cambiando. Si la música es armonía, ritmo y melodía no entiendo que se menosprecie esta última.
– ¿Prefiere orquestar o componer?
–Para mí orquestar es como tocar un piano enorme. El funcionamiento es el mismo, salvo que hay en lo sinfónico una magia, un milagro que me encanta. Pero no puedo disasociar ninguno de los dos.
–Su orquestación de «The Artist» acabó en Oscar.
–Me da un poco de vergüenza, porque la gente me pregunta como si fuese mérito mío y yo sólo hice un trabajo de oficio para hacerle un favor a un amigo. Nadie se hubiese enterado sin el premio. Esto te ayuda a relativizar todo un poco.
–¿Y cómo entró en el mundo de los musicales?
–Por casualidad. A los 25 años, volví a Barcelona después de vivir en Londres y vi que Dagoll Dagom hacía pruebas para buscar compositor para «Mar i cel». Hice la prueba, les gusté y fue un éxito. Siempre han dicho que mi música es muy visual, muy dramática, así que tanto la ópera como el musical le van bien.
-¿Y con tanta actividad, tendrá vacaciones?
–Sí, me voy al Tirol, a visitar la tumba de Strauss. Reconozco que soy un poco «freaky».
- Dónde: Festival de Peralada, Esglesia del Carme.
- Cuándo: 4 de agosto.
- Cuánto: 20 euros.
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