Sevilla

OPINIÓN: Nuevo/viejo PSOE

La Razón
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En su juicio, para suscitar la piedad del tribunal, Jack el Destripador afila un cuchillo mientras su abogado promete en el alegato final que el acusado está muy arrepentido de sus crímenes. Así de inteligente es la táctica del candidato socialista a la Alcaldía. Juan Espadas promete renovación y limpia de su lista a los dinosaurios del clientelismo, caciques de las agrupaciones de barrio, pero inaugura la precampaña en Torreblanca blandiendo la brocha gorda de la evocación a la «derechona» con Alfonso Guerra como antediluviano maestro de ceremonias. Hay a quien la necesidad le aguza el ingenio pero no es el caso: a éste, las encuestas aterradoras lo han metido en el túnel de la nostalgia aunque las añoranzas de los viejos reductos obreros del socialismo sean ficticias, porque resulta que en los distritos en cuestión (San Jerónimo, Parque Alcosa…) lo que abundan de verdad son los parados, y la gente sin manera de ganarse el sustento es poco permeable a la demagogia. No llegaremos a Feria, de todas formas, sin la recuperación del término descamisado, punto de conexión con ese peronismo que siempre fue el modelo del PSOE andaluz. Si su argumento de referencia es el miedo al otro (Zoido: malo y dañino), es que Espadas se ha rendido. A los celebrados independientes de su candidatura, de hecho, los tiene escondidos. O puede que, para esto, pasen de exhibirse.