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Ochandiano sin portazos

La directora lleva a escena «Casa de muñecas», el drama más emblemático de Ibsen, con Silvia Marsó y Roberto Álvarez

Silvia Marsó y Roberto Álvarez, como Nora y Helder en «Casa de muñecas»
Silvia Marsó y Roberto Álvarez, como Nora y Helder en «Casa de muñecas»larazon

Nora es, como Nina, Ubú o Pedro Crespo, casi una obra en sí misma. El personaje trascendió más allá de la importancia que el propio Henrik Ibsen (1828-1906) imaginó cuando estrenó «Casa de muñecas» en 1880. En una sociedad cerrada como la noruega de entonces, la polémica acompañó desde el estreno a la historia de una mujer que se atreve a actuar por iniciativa propia a espaldas a su marido. «Fue un escándalo, de hecho Ibsen tuvo que escribir un final alternativo, porque en muchos sitios se lo cambiaban», cuenta la directora Amelia Ochandiano, que llega a Madrid con su visión del drama.


Más que feminismo
La obra fue adoptada como bandera por el primer feminismo y tan célebre como su protagoniosta es el final. «Me ha interesado mucho porque se ha convertido en algo mítico. Es un símbolo feminista. No me molesta, me parece correcto, pero no fue exactamente la intención del autor», aclara Ochandiano. Ojo, como dicen en internet, ahí va un «spoiler» –«aunque parezca mentira, hay muchísima gente que no conoce el final»–: tras ser condenada por un marido orgulloso que no admite que su mujer ha hecho lo imposible por ayudarle, y después perdonada al aclararse un malentendido, Nora se marcha con un sonoro portazo que representa lo imposible en una sociedad cerrada y patriarcal: que una mujer abandonara a su marido. «Yo lo he cambiado un poco, no el texto, pero sí la puesta en escena y lo que significa para mí: más que un portazo, ella deja la puerta abierta, pero no a una posible reconciliación. Se queda abierta porque Nora en ese momento no tiene ni necesidad de cerrarla: está ya caminando hacia un futuro diferente. El portazo me parecía un ajuste de cuentas». Y aclara: «La última frase de la función, Ibsen se la da al marido: es lo que yo llamo el varón desconcertado, un hombre que pensaba que estaba haciendo las cosas perfectamente y de pronto descubre que está profundamente equivocado y que le queda mucho por aprender. Esa figura nos entronca con el presente y lo más contemporáneo del día a día de hoy».

Silvia Marsó y Roberto Álvarez encabezan el reparto como Nora y Helmer, acompañados por Rosa Manteiga, Pedro Miguel Martínez y Pep Munné, entre otros. «Nora no es un personaje con seis satélites a su alrededor: todos tienen su historia en el puzzle, Elena, hasta la criada». Y añade: «Es una función muy de personajes, de actores, y cada uno es una parte concreta de un conflicto y de algo común en las obras de Ibsen: la búsqueda de tu propio espacio en el mundo, y la búsqueda de la dignidad».


Terrorífica
Ochandiano vuelve a Madrid, donde estuvo no hace mucho con «Mi mapa de Madrid» en el CDN y «La del soto del parral» en La Zarzuela. «Las pilas las llevo puestas, pero no siempre tienes la trascendencia o la suerte de trabajar así». En «Casa de muñecas», estrenada en Zaragoza en 2010, ha visto un «cuento de terror»: «Son tres días en los que Nora pasa de un estado idílico, que hasta empalaga, a acumulársele situaciones tremendas».



Dónde: Teatro Fernán-Gómez. Madrid.
Cuándo: desde l 7 de abril hasta el 1 de mayo.
Cuánto: 20 euros. Tel. 91 436 25 40.