Zapatero y Blanco

Mucho me temo que, tal y como están las cosas, Zapatero va a dejar «esto» hecho unos zorros. Y dentro de «esto» incluyo a España en su conjunto y, además, a su propio partido, el PSOE. Es muy preocupante de cara al futuro, porque no nos podemos permitir que uno de los dos grupos políticos claves para el funcionamiento del Estado ande hecho unos zorros. Sólo hay que mirar un poco en el interior socialista para darse cuenta de las profundas diferencias que existen y de la guerra interna que ya está desatada. Además del desgaste de los socialistas como consecuencia de la gestión, o, mejor dicho, de la no gestión de Zapatero, ahí están los encontronazos entre Rubalcaba, Chacón y sus respectivos partidarios. También hay que prestar atención a la evolución o deriva, como se diría en términos marineros, de los socialistas vascos y catalanes, que deberían aclarar cuanto antes sus posiciones sobre España. Mientras tanto, Zapatero anda, cuando se va a cumplir un año desde que los mercados le obligaron a «convertirse» y a aceptar la realidad, echando la culpa al PP de la crisis económica, de los escalofriantes datos del paro y de la burbuja inmobiliaria. Precisamente, José Blanco, miembro del tridente socialista junto a Chaves y al «presi», ha decidido revestirse con el ropaje de un agente de la propiedad urbana y ha comenzado un periplo por el Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Rusia y Suecia para colocar el excedente de viviendas que hay sin vender. Ayer estuvo en Londres, donde llevan ya unos años zurrándonos a base de bien por los fraudes de los que dicen haber sido víctimas algunos británicos. Blanco necesitará algo más que suerte para enfrentarse a este morlaco.