Barcelona
Una muestra descubre la pintura expresiva de Carmen de los Santos
Cuándo: Hasta el 12 de noviembre. Dónde: Galería Ignacio de Lassaletta. Rambla de Cataluña, 47.
BARCELONA- Hace poco tiempo que Carmen de los Santos se dedica profesionalmente a la pintura. Esta profesora de Economía en Ginebra ha encontrado en los pinceles una manera de expresarse. Eso es lo que se puede constatar en la exposición que en estos días se le dedica la Galería Ignacio de Lassaletta, en Barcelona.
La muestra acoge la producción más reciente de la artista, siempre con la representación del cuerpo humano como tema. A partir de trazos expresivos, en ocasiones casi abstractos, la pintora plasma sus impresiones más personales.
Nada de fotografías
Carmen de los Santos, en declaraciones a LA RAZÓN, explica que su concepto de pintura surge de «la idea de no realizar una fotografía de lo que veo. Todos tenemos un trazo, una luz y un color. Yo me baso en esto para realizar mis obras, una manera para poder conectarme con mis modelos». Se trata de una vía de trabajo en la que el tema principal es el cuerpo desnudo, desprovisto de todo tipo de artilugios, una manera de apuntar que la pintura sea el único canal de comunicación entre la pintora, el modelo y el espectador.
La artista se mueve en sus composiciones de acuarela y tinta con total libertad, siempre buscando, como ella dice, «el placer y la pasión». En este sentido, recuerda que «cuando pinto intento no racionalizar. Hay una parte que se mueve por la intuición y otra que lo hace con una tendencia a la abstracción. Por esa razón, yo no parto de lo abstracto para ir a la figura sino que hago lo contrario. De alguna manera, es querer ir hacia a la mancha pictórica».
La pintura se cruzó en el camino de Carmen de los Santos como una revelación. La casualidad la llevó a dedicarse a este oficio. «Siempre me ha gustado lo que representa la armonía. Para mí todo esto fue un descubrimiento. A raíz de unos cursos de pintura académica, mi maestra me dijo que tenía que ir más allá, que tenía un talento a explorar. Fue como si hubieras olvidado tu propio nombre y te lo hubieran recordado», aclara la pintora. Esa línea de trabajo la está continuando ahora en otro terreno, el de la escultura.
Preguntada por sus referentes, estos no tiene nada que ver con sus pinceladas expresivas. «Soy muy espontánea y hay algo en mí atrapado, muy fuerte. Me gustan nombres que no tienen nada que ver con lo que hago. Adoro los clásicos, especialmente Rafael y Leonardo, además de la capacidad de locura de Dalí», sentencia la autora.
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