Adebayor descarta al «Kun»

«Ni lo hemos comprado ni vamos a ficharlo. Es más, Mourinho está muy satisfecho con los tres delanteros que tiene y, si nada cambia, casi seguro que continúen los tres». A ellos, además, se uniría el canterano Álvaro Morata. El comentario viene a propósito de Adebayor, no tanto por Benzema o Higuaín, que muchísimo tendrían que cambiar las cosas para que el club este verano los pusiera en el mercado o los utilizara como moneda de cambio por una ambición mayor.

El Madrid tiene que decidir si hace efectiva la opción de compra que figura en el contrato de cesión del delantero togolés, a la que tiene derecho por valor de 15 millones de euros, o bien dejarlo volver al Manchester City. «Son 15 millones...», comentan desde la cúpula madridista en tono de desembolso justificado, por cantidad y calidad. Un asunto que, dos meses después de su cesión, ya se ha tratado y, en primera instancia, la respuesta ha sido: «Sí, nos lo quedamos».

Todo ello, claro está, si Adebayor sigue mostrando la misma deportividad, simpatía, capacidad de trabajo, compromiso, compañerismo y respeto. Porque, aunque en el Madrid, hoy por hoy, no le ponen un pero a la actitud y personalidad del «6», cuando el río suena, agua lleva. No por nada el Manchester City va a vender por 15 millones a un jugador por el que pagó hace menos de dos años 40 millones.

La gran diferencia es que Mancini no tenía confianza en él, mientras que Mourinho, sí. Las relaciones de Adebayor con Wenger y Mancini acabaron mal; con Mourinho, por ahora, son buenísimas, pero habrá que ver cómo reacciona cuando la condición de suplente sea más continua, pues al Madrid llegó y besó el santo. Además, al togolés, criado en la cantera del Metz, no se le han visto visos de la agresividad en el campo que antes fueron noticia en un mismo partido con Cesc y Van Persie como protagonistas involuntarios. Por la patada al holandés en la cara estuvo sancionado tres partidos. En España todo son parabienes con él, pero toda la Premier, compañeros incluidos, reprobaron su actitud en la celebración del gol (esprint por todo el campo para acabar de rodillas y con los brazos abiertos ante el fondo del rival) ante su ex equipo, el Arsenal.

En Madrid, «Manolito», como lo «bautizó» Sergio Ramos, es afable con sus compañeros, diligente con su técnico e impecable en el césped en los casi dos meses que lleva en el club. Marcó en su debut en el Bernabéu (su segundo partido) once minutos después de sustituir a Benzema, y al minuto ya había provocado la expulsión del sevillista Sergio Sánchez en la vuelta de Copa del Rey y se metió a la afición en el bolsillo. Después, en Liga, ha marcado dos tantos. Si sigue así, se queda.

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