Berlín
Polonia calla ante el boicot político a la Eurocopa que comparte con Ucrania
El Gobierno polaco mantiene un silencio expectante ante las amenazas de boicot político a la Eurocopa, cuya organización comparte con Ucrania y a la que no piensan asistir varios líderes europeos si hasta entonces no se resuelve la situación de la exprimera ministra ucraniana Yulia Timoshenko.
Varsovia no se ha añadido hasta ahora a los pronunciamientos respecto al caso de Timoshenko, enferma y en huelga de hambre en la prisión mientras prosigue su juicio, pese a ser país especialmente afectado por la situación, en tanto que coorganizador del torneo.
Mientras desde Alemania se ejerce presión para lograr que se autorice el traslado de Timoshenko a Berlín, para ser tratada por el equipo médico de la clínica Charité, el Gobierno polaco ha evitado pronunciarse al respecto.
Una suspensión de los partidos a disputar en Ucrania conduciría inevitablemente al aplazamiento del torneo, según advirtió el director de la UEFA para esa cita, Martin Kallen, en declaraciones hoy al diario "Süddeutsche Zeitung".
En el caso de que el campeonato europeo no pueda celebrarse en Ucrania "solo habría una posibilidad: pensar en aplazar el torneo a otro año", añadió, descartando la posibilidad de los partidos programados para Ucrania puedan trasladarse a Alemania.
Tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, entre otros líderes europeos, están determinados a no acudir a Ucrania durante el torneo, que se inaugura en seis semanas.
Merkel ha aconsejado además a sus ministros no acudir a la cita en protesta por el trato del régimen del presidente ucraniano, Victor Yanukóvich, a Timoshenko, revelaba ayer el semanario "Der Spiegel".
La postura del Gobierno alemán es ampliamente compartida por la oposición, que casi unánimemente se ha pronunciado a favor de un boicot político al torneo.
Según "Der Spiegel", además de la Eurocopa peligra la celebración de la cumbre de jefes de Estado centroeuropeos convocada en mayo por Yanukóvich en la ciudad de Yalta, en la península ucraniana de Crimea.
El presidente alemán, Joachim Gauck, ha suspendido ya su visita debido al caso Timoshenko, y parece que podrían sumarse sus homólogos de Austria, Eslovenia y las repúblicas bálticas.
El Gobierno alemán y especialistas de la clínica Charité de Berlín, que han visitado varias veces a Timoshenko en prisión, se han ofrecido reiteradamente para que la opositora ucraniana reciba tratamiento médico en la capital alemana.
Al debate político se han sumado voces del ámbito deportivo, como el presidente del Bayern Múnich, Uli Hoeness, quien exige del presidente de la UEFA, el francés Michel Platini que se posicione sin tapujos ante el régimen de Yanukóvich.
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