Roma

Indulgencia plenaria

La Penitenciaría Apostólica ha anunciado que el Papa concede indulgencia plenaria a quien se confiese, comulgue y ore con Pontífice en la misa final de la JMJ el domingo 21 en Cuatro Vientos. Además, hay indulgencia parcial para cualquiera que «participe y ore para que el diseño espiritual del encuentro sea favorable», aunque no acuda a Madrid.

La Razón
La RazónLa Razón

Las tres grandes peregrinaciones del cristianismo (Jerusalén, Roma y Santiago) son ocasiones propicias para alcanzar la reconciliación con Dios y la mejora de vida personal y colectiva. Lo mismo sucede en los años santos o en acontecimientos especiales que el Papa declare.

Cuando nos confesamos, Dios perdona nuestras culpas, pero queda una secuela que requiere una purificación, una pena temporal que llamamos Purificatorio o Purgatorio. A menudo la Iglesia, en su papel de mediadora entre Jesucristo y la Humanidad, dispensa indulgencias plenarias o parciales, según los casos, para quienes realicen la acción correspondiente, confiesen sus pecados en un plazo de unos días antes o después y pidan por las intenciones del Papa. Por ejemplo, un peregrino que muriese al acabar la misa final de la JMJ, si hubiese confesado o tuviese intención de hacerlo, mediante esta indulgencia, iría a la Presencia de Dios (ese estado del ser que llamamos «el Cielo») sin pasar por ese proceso de purificación tras la muerte que llamamos Purgatorio. El peregrino puede aplicar esta indulgencia también a un fallecido.

En la Jornada Mundial de la Juventud se produce una peregrinación muy especial: en lugar de visitar al sucesor de Pedro en Roma, en su sede, se hace peregrino el propio Papa, que a su vez convoca a los fieles y en especial a los jóvenes del mundo. Quienes acudan a la cita por decisión del Pontífice pueden alcanzar esta indulgencia plenaria.