Medidas económicas
Nada
No era nada. Tan sólo un lema sostenía el anagrama de las cejas. Durante dos legislaturas José Luis Rodríguez Zapatero se ha presentado como el campeón del obrero, el que desafiaba la crisis sin tocar el estado del bienestar. Seis años después ha tenido que reconocer que todo era una soberana tontería. No recortaba porque era irresponsable y prefería ser popular a eficaz. Cuando europeos y americanos le han afeado su falta de sentido común ha tenido que meter tijera y su icono se ha revelado una dramática mentira. Todavía la semana pasada, tras reunirse con Rajoy, dijo cosas tan raras como que recortar el gasto iba en contra de la recuperación económica y ayer, menos de una semana después, dijo «digo» donde dijo «diego». Zapatero es un embustero que se ha presentado como el supermán de los desheredados, el líder europeo que arrostraba la crisis sin bajar prestaciones, que conseguía imposibles, que se distanciaba con astucia de la inútil de Merkel. No había nada. Ha tardado tanto en reaccionar que la alarma se ha desatado hasta desacreditar España y las condiciones han empeorado hasta el extremo de poner en duda nuestras posibilidades de salir del hoyo. Y a la hora de recortar ha cargado con saña contra pensionistas, funcionarios y señoras embarazadas. Ni una palabra sobre las sicav ni los bancos. Es el mayor recorte social de la historia nacional. Sin contar con que ha roto un acuerdo firmado con los sindicatos de funcionarios y conculcado los Pactos de Toledo sobre las pensiones. Muy sucio, la verdad. Lo único original de ZP eran las cejas. Yo, en su lugar, ya habría dimitido.
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