Melilla

Ministros de guardia

La Razón
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De la misma manera que el ministro Blanco no estaba dispuesto a pagar a los controladores aéreos las horas extras porque éstas «van en el sueldo», va también en el sueldo de un ministro de Exteriores interrumpir inmediatamente sus vacaciones o sus sesiones de meditación trascendental si surgen, en su área de responsabilidad, una serie de incidentes graves como los que han surgido estos días entre España y Marruecos.

Lo que no es normal es que hasta el Rey haya tenido que hacer aquí de «ministro de guardia» porque «no se le podía molestar al señorito». Lo que no es normal es que a Miguel Ángel Moratinos le ande haciendo sustituciones todo el mundo: el Rey, Rubalcaba, González Pons viajando ahora a Melilla para ver al lehendakari Imbroda… Aquí Moratinos ha hecho novillos cuando ocurrían tres hechos de suma gravedad. No presentó una queja formal al Gobierno marroquí cuando se desafiaba en la frontera a nuestras autoridades policiales ni ha respondido cuando ese Gobierno desafiaba al nuestro acusando de manera reincidente y vergonzosa a dichas autoridades de racistas ni cuando se retenía a dos periodistas de este periódico.

Moratinos, ¿dónde estás? ¿En la barriga del buey, como Garbancito? ¿Es quizá demasiado valiosa su figura como para quemarla en estas minucias? ¿Está también de huelga Moratinos contra el Gobierno? ¿No se pueden garantizar, como en las huelgas, los servicios mínimos en ese Ministerio?