Los Ángeles
Pau en el Olimpo
Dos títulos y tres finales de la NBA en menos de 30 meses. Ese es el registro de Pau Gasol tras su desembarco en Los Ángeles Lakers el 1 de febrero de 2008. Un día mágico que cambió el devenir de un espigado chico de Sant Boi, y de paso, el de la historia del baloncesto español.
Pau Gasol es el primer deportista español que alcanza el estrellato en Los Ángeles. Allí, en las cercanías de Sunset Boulevard, donde antaño José Iturbi y Xavier Cugat, dos músicos, uno clásico y otro de orquestas ligeras, fueron imagen de algunas películas, un jugador de baloncesto se codea ahora con los nuevos triunfadores, Antonio Banderas y Penélope Cruz. Y, además, tiene la admiración de Jack Nicholson, el actor que sufre por el equipo de Los Angeles Lakers más que con el aprendizaje de los guiones. Pau es gente en Hollywood.
El baloncesto nació como juego de patio de colegio y su dinámica, sus emociones constantes, su habitual interés hasta el último instante lo ha convertido en una de las prácticas con más seguidores en el mundo. Esta disciplina tiene fuerza en la universidad y millones de seguidores de la Liga NBA, que Estados Unidos siempre han considerado auténtico campeonato mundial.
El país que mejor paga y en el que el número de baloncestistas crece a diario, también ha tenido que recurrir a la contratación de extranjeros. En los últimos años han lucido sus habilidades Calderón, Garbajosa, Sergio, Rudy, y el pequeño de los Gasol. Fernando Martín, nacido en la can- tera de Estudiantes, fue pionero. Ahora, que contraten baloncestistas españoles es casi obligación porque hay donde escoger.
Por encima de todos, en la auténtica cumbre, por su poderío y personalidad, ha triunfado Gasol. Es ejemplo a imitar por los niños españoles que tal vez hoy lo prefieren a Xavi o Villa. Pau honora a todos los deportistas españoles. Ya está en el Olimpo.
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