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ANÁLISIS: Están cerrados en sí mismos por Javier ELZO

La Razón
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- ¿Qué factores influyen para que los jóvenes españoles se sientan tan satisfechos con su vida?
-Viven el día a día. Y sigue habiendo un colchón familiar importante y las ayudas mínimas se han mantenido. Sin embargo, cuando miran al futuro, piensan: ¿qué me espera mí? Eso ocurre sobre todo con jóvenes que no tienen una habilidad particular. El mayor problema es ese porcentaje tan grande de jóvenes en fracaso escolar, que se descuelgan muy pronto de los estudios, y buscan un trabajo de lo que sea. Hoy nos encontramos con jóvenes de 20, 21 o 22 años que en 2008 se descolgaron muy pronto del sistema educativo, encontraron un puesto de trabajo en la hostelería o en la construcción, y que hoy están en la calle. No tienen formación.

- ¿Están preparados para formar una familia?
–La familia es plebiscitada por los jóvenes. Pero no la institución familiar, sino el modelo de familia exitosa. Según el estudio de la Fundación Santa María, el ideal de los chicos de 15 a 24 años es formar una familia, un núcleo familiar, sin necesidad de casarse por la Iglesia o por lo civil. El horizonte de deseo es contar con una pareja estable, porque se la ve como ayuda a la estabilidad emocional. Pero eso no es un proyecto de vida. En el fondo, prima la dimensión subjetiva de realización personal frente al proyecto común. Ése es el motivo de que se den divorcios a edades más tempranas.

- ¿Están muy cerrados en sí mismos?
–Son individualistas y grupales. Tienen relación con grupos concretos y muy similares a ellos: los mismos gustos, la misma orientación política... Es un solipsismo grupal. E internet lo está aumentando. En la red se han creado archipiélagos. No es una red con mayor cohesión social.

- El movimiento de los indignados, ¿es otro «archipiélago»?
–Sí. Por una parte, creo que llevan razón. Pero por la forma en la que está organizado el movimiento, no sé si tendrá alguna consecuencia. Quieren otra democracia, ayudas a los más necesitados, más participación en la política. Sin embargo, luego vemos que el nivel de asociacionismo en España es muy bajo. Somos una sociedad tremendamente individualista. El 15-M apoya cosas que apoya la mayoría de la población. ¿Quién puede decir que no a una sociedad más justa? Yo estoy de acuerdo en que estamos sometidos al capital financiero. ¿Pero cómo lo domamos? No con una acampada en Madrid. Si no hay movimiento en las universidades ni en la sociedad civil, ¿lo van a resolver? No.


Javier Elzo
Catedrático de sociología de la Universidad de Deusto