Atlético de Madrid
El Atlético la fe de Simeone (1-0)
Un gol de Cristian Rodríguez en la última jugada da el triunfo a los rojiblancos. Más corazón que juego
Quince de quince. Se dice pronto, pero son las victorias consecutivas del Atlético en Europa. La última víctima fue anoche el Viktoria checo, segundo de su Liga, que claudicó en el último segundo ante el equipo B que puso en liza Simeone. Una falta ensayada, un balón de Emre para Cristian Rodríguez y un golazo del uruguayo dan a los rojiblancos los tres puntos, después de noventa minutos sin muchos argumentos, sin mucho fútbol ante un rival muy físico que trabajó bien y que no bajó los brazos hasta ese gol, el gol de la fe, logrado por los madrileños.
¿Mereció ganar el Atlético? Por juego, a lo mejor, no. Por corazón, por fe, por entregarse hasta el último minuto, sí. Y ésa es la parte positiva del partido de anoche ante un serio rival, muy trabajado, entregado en la destrucción y con velocidad en el contragolpe, aunque con lagunas técnicas y algún despiste en sus jugadores, como sucedió en la jugada del gol, en la que C. Rodríguez recibió solo para lanzar el zapatazo definitivo que tumbó al Viktoria. Sin Simeone, arengando a los suyos desde la banda, el triunfo no hubiera sido posible. Con otro técnico, de los que no viven tan intensamente el fútbol, quizá no hubiera llegado el gol de una jugada ensayada porque el equipo hubiera bajado los brazos, se habría acomodado con el empate y a otra cosa.
Anoche eso no ocurrió y aunque el Atlético estuvo atascado, con mala circulación de la pelota en el centro porque Emre y Koke no estuvieron acertados y tampoco hubo lucidez en Adrián, el equipo peleó hasta el final y encontró el premio para que los chicos del plan B lograsen su objetivo y acaricien la clasificación.
Queda claro que el Atlético se enredó. No sufrió en defensa; Asenjo hizo una parada a una falta de Prochazka, pero sus acciones ante el meta checo no fueron claras. Tiros lejanos de Emre, C. Rodríguez y Gabi, aproximaciones de Diego Costa y Adrián. Con la entrada de Raúl García y la mayor velocidad del balón, en la segunda parte hubo más peligro. El navarro no llegó por milímetros a un balón que le puso Adrián y un remate de cabeza se lo sacó Kozacik con la punta de los dedos. El partido se moría, el empate reflejaba el trabajo de los checos y la impotencia de los rojiblancos cuando Emre sacó la falta y marcó C. Rodríguez. Simeone corrió como un poseso. Era su triunfo.
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