Historia

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Los otros Himmler

La sobrina nieta de Heinrich descubre a través de la construcción de este ensayo cómo toda su familia se implicó en el nazismo

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No llegó a conocer a su tío abuelo, Heinrich. Pero eso no le libró del peso de un apellido unido para siempre al asesinato de millones de judíos durante el Holocausto. «Tenía quince años cuando uno de mis compañeros de curso me preguntó si yo era pariente "de ese Himmler". Asentí, con un nudo en la garganta». Katrin Himmler, sobrina nieta del jefe de las SS y la Gestapo, creció con la convicción de que Heinrich había sido una lamentable excepción entre los miembros de su familia que, durante años, ocultó sus propias miserias, no muy diferentes a las del hombre de confianza de Hitler. La investigación realizada para confeccionar «Los hermanos Himmler. Historia de una familia alemana» le aportó una perspectiva muy diferente: padres, hermanos y cuñadas se beneficiaron del ascenso del después repudiado Heinrich.


El beneplácito paterno
La inflación que sufrió Alemania durante la posguerra –en 1922, por ejemplo, la comida era 130 veces más cara que al final de la I Guerra Mundial–, predispuso a este clan de origen burgués a ver con buenos ojos el ascenso político del hermano mediano gracias a su militancia en un partido nacionalista radical: «La profesión estrambótica de Heinrich, su militancia en un partido marginal, su enlace con una mujer divorciada y mayor... todo ello debía confirmar los temores del padre de que ese hijo no llegaría a cumplir las ambiciosas expectativas de la casa paterna y que más bien comprometería el renombre de la familia. Las relaciones entre ambos no se distendieron hasta que, tras el éxito electoral del NSDAP en septiembre de 1930, obtuvo un escaño de diputado en el Reichstag», asegura Katrin.

Lejos de disculpar a sus antepasados, la autora describe con precisión cómo la «ascensión» de la familia fue paralela a la del partido nazi. Su propio abuelo, Ernst, el menor de los tres hermanos, se convirtió en ingeniero jefe y director técnico de la Radiodifusión del Reich en junio de 1933 (además de ingresar en las SS), sólo tres meses después de que Heinrich anunciara en conferencia de prensa la creación del primer campo de concentración para presos políticos, en Dachau, donde fueron asesinados 12 reclusos en dos meses a manos de las SS. A la vista de estos hechos, Ernst sabía perfectamente dónde se metía.


«Enchufes» y favores
Resulta fácil entender además la importancia del abuelo de Katrin en la promoción del nazismo entre los alemanes. Hitler era consciente de la importancia de la radio para difundir sus mensajes, y rápidamente convirtió a la compañía en estatal bajo el paraguas del recién creado y mítico Ministerio de Información del Pueblo y Propaganda, dirigido por Joseph Goebbels. Tampoco el hermano pequeño de Hein-rich puso reparos para aceptar una casa expropiada por el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) ni para tener a una trabajadora ucraniana forzada como sirvienta en su casa. Ernst alcanzó el rango de «sturmbannführer SS», es decir, el de comandante. El hermano mayor no se quedó atrás. Su perfil académico y su carrera como docente no impidieron que Gebhard llegara a ser «standartenführer SS» (coronel).
 
Se ha escrito mucha literatura sobre el triunfo del nacionalsocialismo alemán, el Holocausto y la II Guerra Mundial, pero, es complicado encontrar ensayos sobre esta época y sus protagonistas escritos por las familias de los verdugos. Sin pretenderlo, Katrin Himmler consigue con este libro hacer un poco más comprensible la connivencia de los alemanes con el nazismo, ya que, de la misma manera que la familia de Heinrich miró hacia el lado opuesto a la barbarie humana para poder mejorar su situación económica y social, muchas otras en Alemania hicieron lo mismo con la excusa de la «gloria perdida». Han tenido que pasar dos generaciones para que víctimas y verdugos desmonten los tópicos, las versiones tergiversadas y las desmemorias premeditadas, para que Katrin Himmler firme un libro con graves acusaciones a su familia, y para que ella, descendiente de uno de los cerebros nazis del Holocausto, se case con un judío israelí descendiente de supervivientes del gueto de Varsovia. Las mismas personas que su tío abuelo Heinrich Himmler ordenó aniquilar.


Sobre la autora
Katrin Himmler contó con una documentación exclusiva para realizar este ensayo: el archivo familiar.
Ideal para...
interesados en los detalles y protagonistas que fraguaron una de los mayores genocidios de la Historia.
Un defecto
La autora no es historiadora y, aunque la documentación es profusa, se echa en falta profundidad en el análisis.
Una virtud
La sinceridad con la que Katrin desgrana el pasado de su familia respecto a un tema tan polémico como su relación con el partido nazi.
Puntuación: 8



«LOS HERMANOS HIMMLER»
Katrin Himmler
libros del silencio
432 páginas. 24 euros.


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