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Pekín

Japón impotente ante una crisis «indefinida»

La Organización de Seguridad Nuclear desconoce por dónde llega la filtración de yodo-131 al océano.

El yodo radiactivo en el agua cercana de Fukushima excede 3.355 veces los niveles legales
El yodo radiactivo en el agua cercana de Fukushima excede 3.355 veces los niveles legaleslarazon

Japón lleva ya casi tres semanas lidiando con los cuatro reactores siniestrados de Fukushima, pero los niveles de radiactividad no dejan de aumentar. Mientras las autoridades hablan de una crisis que se alargará todavía por «un periodo indefinido», algunas voces sugieren que la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco) ha perdido la batalla y no conseguirá frenar a tiempo la emergencia.

Se pronostica una lenta pero constante emisión de contaminación radiactiva, algo que podría durar incluso meses. Entre las voces pesimistas se cuenta la de Richard Lahey, un ingeniero de General Electric que redactó en el pasado varios informes sobre la seguridad de la central. En una entrevista con el diario «The Guardian», Lahey dijo que «la carrera está perdida» y se mostró inclinado a pensar que «no será Chernóbil, pero tendrá un impacto medioambiental importante».

Lo cierto es que la crisis nuclear se recrudece y los responsables de la central ya no saben cómo atajarla. El presidente de Tepco, Tsunehisa Katsumata, se convirtió ayer en una metáfora de la impotencia de su compañía, al ser hospitalizado durante unas horas porque tenía la tensión disparada y sufría mareos. No era para menos: acababa de saberse que la concentración de yodo-131 era ya 3.355 veces superior al nivel máximo permitido, según muestras recogidas el martes por la tarde a 300 metros de la costa. La Organización de Seguridad Nuclear japonesa admitía su perplejidad y confesaba que sus técnicos desconocen por dónde está llegando la filtración al Océano, y que no se descarta una fuga subterránea. Una vez más, eso sí, se reiteró que la contaminación no supone un «riesgo inmediato» para la salud, ni para los recursos pesqueros de Japón, ya que no se está permitiendo la pesca en un radio de 20 kilómetros. A partir de esa distancia, argumentaron, el yodo 131, que además tiene una «vida media» de ocho días, se presenta «significativamente diluido».

Mientras el mundo entero se mantiene expectante ante lo que pueda ocurrir en la planta, los «héroes de Fukushima» llevan cerca de 48 horas sin poder trabajar en los reactores 1, 2 y 3: los más dañados y donde todavía se pretende poner en funcionamiento la refrigeración automática.

El problema es el agua contaminada que inundan los sótanos de las salas de turbinas y que todavía no ha conseguido drenarse, entre otras cosas porque no se sabe qué hacer con ella. Aunque no está del todo claro, se cree que podría ser el mismo líquido que se lanzó días atrás para enfriar los reactores, o quizás los restos de las enormes olas que provocó el tsunami. Como solución provisional, el Gobierno japonés planteaba ayer a Tepco bombear todo el agua radiactiva hasta el depósito de un barco. Cualquier cosa con tal de poder reanudar la reparación.

Mientras tanto, el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, admitía que a estas alturas se contemplan «todas las alternativas», disparando los rumores sobre la posibilidad de encofrar la planta bajo toneladas de arena y hormigón, al estilo Chernóbil, algo que no se ha descartado nunca. Se trataría de una solución que requeriría ingentes recursos técnicos y humanos y que no resolvería el problema, sino simplemente lo cubriría por un tiempo. El «cofre» frenaría la radiación, pero no para siempre. Además, se teme que la contaminación se filtre al mar o vuelva a quedar al descubierto si se produce un nuevo terremoto o un tsunami.

Otra de las medidas desesperadas que se barajan es cubrir las zonas más contaminadas con «resina soluble» que podría rociarse con una bomba a control remoto. Dicha sustancia fijaría los materiales radiactivos al suelo y evitaría que se dispersen con el viento. De lo que se trata es de que los trabajadores puedan volver a para reparar los sistemas de refrigeración. «Sabremos pronto sin funciona», dijeron fuentes gubernamentales, que insinuaron que se podría empezar hoy mismo a lanzar la resina.


¿Es suficiente el perímetro de seguridad?
La polémica crece en Japón en torno a la decisión del Gobierno de noaumentar los dos perímetros de seguridad (uno forzoso de 20 y otrovoluntario de 30 kilómetros) alrededor de la central de Fukushima. Ante el avance de la contaminación radiactiva, EE UU lleva semanas recomendando incrementarlo hasta los 80 kilómetros. También laOIEA sugirió ayer evacuar ciudades como Litate, una localidad de casi10.000 habitantes, a 40 kilómetros y donde se hanregistrado niveles de radiactividad dos veces por encima de lo permitido.