Coixet

No salgo de mi asombro desde que ví, para mi disgusto e indignación, un programa dirigido por Isabel Coixet y emitido el pasado jueves por TVE. En este panfleto absurdo, tan mal hecho como mal intencionado, la insigne directora se dedica a intercalar una retahíla de noticias sobre asesinatos de mujeres a manos de sus parejas con anuncios publicitarios de hace 40 años en los que una madre le plancha una camisa a su hijo, un marido le regala una cafetera a su esposa o una mujer le pone una copa de brandy a su esposo. Es decir, según Coixet, si un marido regala una lavadora a su esposa tiene todas las papeleteas de convertirse en un asesino de mujeres. Por ende, si su padre regaló una plancha a su madre, sepa que tiene un maltratador en casa. O le desborda la frivolidad sobre este drama o tiene algún trauma infantil porque su padre nunca regaló una yogurtera a su madre. Si Coixet considera una ofensa personal este último comentario, que visione de nuevo –ya que la televisión pública no debió hacerlo antes de emitirlo– su pésimo reportaje. Supongo, señora mía, que cualquier maltratada –de verdad, no la que se empeña usted en ridiculizar en absurdos y estériles estereotipos– que haya visto su reportaje o como quiera llamar a lo que hizo con el dinero de todos estará tan asqueada que ni ganas le quedan de decir que ella hubiera preferido la cafetera. A ver cuándo dejan de utilizar a las maltratadas como producto al alza en programas televisivos. No intenten suplir la falta de talento con soflamas malogradas y oportunistas. No ayudan más que a vomitar.