Murcia

Reverte denuncia que los insultos y el vandalismo desacreditan a los sindicatos

El Gobierno de la Región reitera que está dispuesto a reunirse con los sindicatos pero que la ley no se va a derogar.

La portavoz del Gobierno regional, María Pedro Reverte, tras el consejo de Gobierno celebrado ayer
La portavoz del Gobierno regional, María Pedro Reverte, tras el consejo de Gobierno celebrado ayerlarazon

«Sabía perfectamente lo que me esperaba en Santomera, pero ninguna actitud de los sindicatos va a condicionar nunca la agenda del Gobierno regional». Con estas palabras, llena de templanza y seguridad en sí misma se mostró ayer la portavoz del Gobierno regional y a la sazón consejera de Presidencia y Administraciones Públicas, María Pedro Reverte, ante la actitud persecutoria que están demostrando los sindicatos contra el Gobierno regional después de que aprobara el pasado 23 de diciembre de 2010 la Ley de Medidas Extraordinarias para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas para cumplir con los límites deficitarios impuestos a Murcia por España y a ésta por la Unión Europea.

Los sindicatos se muestran férreos en su intención de boicotear todos los actos en los que participen los consejeros murcianos, pero Reverte lejos de amilanarse por las amenazas denunció y condenó taxativamente que las formas de las protestas sindicales marcadas por los insultos y el lanzamiento de huevos se encuentran muy distantes del camino del diálogo «que es por el que deberían apostar», aseveró la consejera. Asimismo, Reverte estableció un paralelismo entre la actitud que muestran los sindicatos con el Ejecutivo Valcárcel y el que tienen los mismos sindicatos con el Gobierno central. Como muestra de ello, la portavoz regional puso como ejemplo la relación dialogante que existen en la actualidad entre el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero y los representantes sindicales sobre la modificación de las pensiones.

Reverte puso esta actitud como la adecuada y la óptima que se debería dar en la Región y que equidista mucho de lo que muestra la realidad. En el mismo sentido, afirmó que el presidente Valcárcel tendió la mano a los sindicatos murcianos para entablar un contacto que resultara beneficioso para todas las partes. Sin embargo, Reverte lamentó ayer que «los sindicatos no lo reconocen». De la misma manera, afirmó por activa y por pasiva que no existe «ningún problema para reunirse con cualquier fuerza sindical, pero los sindicatos dicen que no se sientan si no se deroga la ley, pues que no lo hagan», declaró la responsable de Presidencia con cierto tono de hartazgo. En este contexto, Reverte lamentó que no se esté dando el clima de conversación idóneo con los sindicatos porque, según afirmó Reverte, existen aspectos de la ley que son perfectamente revisables como «las jornadas, los horarios y la redistribución de los festivos».

En cuanto al cese de consejeros y cierre de sus consejerías que exigen los sindicatos (piden la cabeza de Inmaculada García, Constantino Sotoca, María Ángeles Palacios y la propia María Pedro Reverte), se mostró firme en que no se llevará a cabo ninguna modificación porque «el Ministerio de Economía dio a conocer que el Gobierno murciano es el más austero, es decir, el que menos cuesta a los ciudadanos». Por tanto, Reverte defendió el trabajo de sus compañeros y resaltó que todas las consejerías están trabajando en su ajuste tal y como plantea la legislación aprobada y en defensa de un bien general como es «poder seguir prestando los servicios básicos en ámbitos como la educación y sanidad».

Sobre las protestas de los funcionarios, Reverte también quiso puntualizar que la aplicación de la normativa trasciende del ámbito meramente funcionarial. Aún así, las quejas no tienen visos de ralentizarse y por el contratio ya hay un calendario de protestas para la semana próxima ante las sedes de las consejerías de Educación, Formación y Empleo y Economía y Hacienda. El circo continua, aunque sería de recibo que las formas que lo envuelven redujeran su protesta en favor de un clima social mucho más ameno y entendible en democracia.