Asia

Tokio

Los japoneses critican la gestión del Gobierno en Fukushima

La crisis nuclear de nunca acabar. En lugar de resolverse, el accidente de Fukushima tiende a empeorar según avanzan los días. Los niveles de radiación registrados en el agua del reactor 2 volvieron a ascender ayer, hasta alcanzar los 1.000 milisieverts por hora, cien mil veces más de lo normal.

Decenas de personas pidieron ayer el cierre de la central de Hamaoka
Decenas de personas pidieron ayer el cierre de la central de Hamaokalarazon

Una vez más, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) se vio obligada a evacuar el edificio para no poner en riesgo a los trabajadores y ahora se intenta buscar una solución para drenar el líquido desde el exterior. Hasta que esto no se haga, no seguirán las labores de reparación del sistema de refrigeración, ya que es demasiado peligroso trabajar en dicho entorno: según la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, exponerse a los niveles de radiación registrados en el agua tiene graves efectos para la salud en 30 minutos y mata al 50% de las personas expuestas más de cuatro horas.

La gestión de TEPCO ha sido criticada en los últimos días por varios organismos internacionales, incluso por el Gobierno japonés, que ha llegado a denunciar falta de transparencia al informar de lo que está ocurriendo. Ayer, se vivieron más momentos de confusión después de que los ingenieros ofreciesen cifras erróneas sobre la radiación del agua de las turbinas, asegurando que era diez millones de veces superior a lo normal. El vicepresidente, Sakae Muto, se vio obligado a rectificar y explicó que se confundieron dos sustancias (el yodo 134 y el cobalto 56). En un análisis posterior, cuyos resultados se hicieron públicos de madrugada, se rebajó dos ceros el nivel radiactivo.

También la gestión del Gobierno durante el desastre está siendo criticada. Un descontento que ayer cuantificó una encuesta de la agencia Kyodo, en la que se destacó que un 58% de los japoneses suspenden a sus políticos frente al 39,3% que dicen estar contentos por cómo se ha afrontado la emergencia. Varios comentaristas nipones subrayaron que, teniendo en cuenta las dimensiones del problema y la lenta respuesta de las autoridades, no era una valoración negativa.