Barajas

A destajo en Barajas

La huelga de controladores aéreos ha provocado un auténtico cuello de botella en el aeropuerto de Barajas, lo que obligó ayer a los trabajadores del aeropuerto a aplicarse más de lo habitual en una jornada de domingo

«Ya sólo con lo que pasó el viernes, hubiéramos tenido atasco, al menos, durante tres días», comentaba un trabajador del Centro de Gestión Aeroportuaria
«Ya sólo con lo que pasó el viernes, hubiéramos tenido atasco, al menos, durante tres días», comentaba un trabajador del Centro de Gestión Aeroportuarialarazon

«Ya sólo con lo que pasó el viernes, hubiéramos tenido atasco, al menos, durante tres días», comentaba ayer un trabajador del Centro de Gestión Aeroportuaria (CGA) de Barajas. «El viernes es el día de mayor afluencia de pasajeros (comienza el fin de semana) y además se unía el inicio del Puente de la Constitución. Había el doble de pasajeros de lo habitual y que ese día no salieran aviones –ni de carga ni de pasajeros– se está notando todavía hoy», explica. «Y eso hablando sólo de los vuelos. Pero hay que sumar el trabajo extra que ha tenido el personal de los mostradores de Atención al Cliente de Aena y de las compañías ante la avalancha de reclamaciones, el personal que informa a viajeros aún desorientados por el aeropuerto, personal de limpieza, embalaje de maletas...». En definitiva, lo que hace cuatro días podía preverse como un día de trabajo relativamente tranquilo, ayer se convirtió en una jornada laboral maratoniana. Sobre todo para las señoras de limpieza, que ayer se afanaban en «eliminar huellas» que evidenciaban que las instalaciones del aeródromo madrileño se había convertido durante todo el fin de semana en la «casa de paso» de cientos de miles de personas. Los rincones de las cuatro terminales, en especial de la 4 (la de mayor volumen de operaciones) se transformaron en el dormitorio, cocina y sala de estar de familias enteras. Los baños, lo mismo.

Además de los viajeros afectados, estos trabajadores son sólo otra de las víctimas colaterales de esta huelga salvaje.