Conciliación
El 546 por ciento de los jóvenes prefiere vivir de rentas en lugar de trabajar
Valencia- Si a un joven de entre 16 y 30 años de la Comunitat Valenciana se le pregunta qué prefiere: vivir de rentas o trabajar, en el 54,6 por ciento de los casos responderá que lo primero, en el 32,3 por ciento dirá trabajar y en el 13,1, que le es indiferente. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) con el apoyo de la Fundación Bancaja.
Si en la pregunta se introduce el factor temporal, es decir, que la renta es un subsidio solamente para un periodo de tiempo, entonces la cosa cambia. El 53,7 por ciento de los jovenes prefiere tener un empleo y únicamente el 14,8 por ciento recibir el subsidio. Al 31,5 por ciento le resulta indiferente.
Esta es otra de las conclusiones de este documento, presentado ayer por su autor, José María Peiró. Durante los últimos años de crisis, ha aumentado entre este colectivo el grado de indiferencia ante las preferencia laborales, ya no están tan definidas.
El trabajo, en segundo plano
El escenario del desempleo cada vez más elevado entre este sector de la población -el 44 por ciento de la juventud valenciana está parada- ha provocado que el trabajo pierda la centralidad en la vida de estas personas, precisamente porque dedican tiempo a otras cosas.
En este sentido, Peiró alertó del peligro de que toda una generación de españoles quede «marcada» de por vida por una primera etapa laboral negativa.
La vuelta a los estudios es una de las opciones ante el desempleo, lo cual, dijo el autor del informe, es algo positivo pero, hay que preguntarse si está la economía española preparada para absorber a estos jóvenes mejor formados y, sobre todo, si la educación que se ofrece es la adecuada.
La realidad muestra que el nivel de formación de los jóvenes de la Comunitat aumenta año tras año. De hecho, en 2008 un 26 por ciento de este colectivo tenía estudios superiores, frente al 35 por ciento de la actualidad.
Este hecho tiene como consecuencia que uno de cada cuatro personas de entre 16 y 30 años esté sobrecualificado para el puesto de trabajo que ocupa, por el cual cobra, como media, 900 euros.
En cuanto a la forma en la que encuentran el trabajo, llama la atención el bajísimo nivel de eficacia del INEM/Servef. De hecho, aunque se usa en el 37,9 por ciento de los casos, sólo funciona en el 7,3 por ciento. Los métodos más eficaces para encontrar empleo son las entrevistas a través de familiares y amigos, seguido por el tradicional envío de curricula a empresas.
El papel de la familia
La red familiar desempeña un papel fundamental en momentos de crisis como los actuales. Ahora bien, según señaló Peiró, un exceso de protección o la falta de incitación a la movilidad, puede convertirse en un «flaco favor» para el joven parado.
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