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Sevilla

La Duquesa ya es inmortal

La Duquesa de Alba vivirá para siempre en Sevilla. La ciudad que Cayetana Fitz-James Stuart tiene siempre presente ha querido corresponder a la entrega de la aristócrata con este «eterno» reconocimiento.

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Una escultura de bronce –de 2,8 metros–, cincelada por Sebastián Santos Calero, que representa a Cayetana de joven ataviada con un clásico mantón de manila, luce desde ayer en los jardines del Cristina. En un día importante para ella, el gran ausente fue su novio, Alfonso Díez, aunque la Duquesa estuvo acompañada por cinco de sus hijos –sólo faltó Jacobo– y por sus inseparables amigos Carmen Tello, Curro Romero, los diseñadores Victorio&Lucchino y Jesús Quintero. Numerosas personas se congregaron, además, para arropar a la aristócrata, coronando su discurso con gritos de «guapa».

Una gran familia
Al dirigirse a los presentes, una emocionadísima Cayetana confesó su dificultad para «expresar en pocas palabras mis sentimientos ante esta distinción, mi enorme orgullo y sincera alegría», así como «mi agradecimiento a la ciudad más maravillosa del mundo». «Me enamoré de ella desde el primer momento y ese sentimiento no ha hecho sino crecer», afirmó y, en su papel de embajadora de la capital hispalense, añadió que «cada rincón es una maravilla», definiéndola como «una gran familia a la que quiero y debo mucho». No dejó pasar la ocasión para dirigirse al nuevo alcalde, Juan Ignacio Zoido, y pedirle que «no se tiren más casas antiguas, porque Sevilla no hay más que una, como Venecia».

El todavía regidor, Alfredo Sánchez Monteseirín, calificó a la Duquesa como una «ciudadana activa» de la que, durante años, ha recibido «cartas» que contenían «sus preocupaciones» por Sevilla, una curiosidad que desveló porque «podría parecer que Cayetana mira la ciudad desde una atalaya y no es así». Por ello, la estatua expresa el cariño de Sevilla hacia la Duquesa, a quien agradeció «su amor» por ella.